Tormentum es un juego pequeño, que dura apenas dura media tarde, pero que me ha hecho reflexionar profundamente sobre mis criterios a la hora de evaluar un título y expresar mi opinión sobre él. ¿Es la duración importante? ¿Lo es la dificultad? ¿Hasta cuánto valoro el apartado artístico de un trabajo? Son cuestiones que esta aventura gráfica para PC, que bien podría salir para tablets y smartphones, ha puesto encima de mi escritorio.
Lo más llamativo de Tormentum es, sin duda alguna, su apartado visual. Es de esos casos que tienen una dirección artística sencillamente sublime. No tengo ningún reparo en decir que me compré este juego en Steam exclusivamente por cómo se veía. Lo grotesco de algunas de sus imágenes, ese afán por retorcerlo todo y mostrar su lado más salvaje e inquietante, la deformación de la realidad creando una fantasía onírica que daba como fruto al hijo bastardo de H.P Lovecraft con H. R. Giger (a.k.a., el artista de Alien que, por otra parte, es fuente de inspiración reconocida) fueron cruciales para despertar mi interés. Sin saber de qué iba, me entraron ganas de jugarlo.
Y lo cierto es que lo he disfrutado bastante, perdiéndome en su propuesta visual y disfrutando de algunas de las imágenes más potentes que he visto en los últimos meses en una pantalla. Tormentunt es un juego que busca que te sientas incómodo en tu silla, que incluso sientas asco en algunos momentos. No sólo por su apartado visual, sino por las decisiones que te obliga a tomar a lo largo de su progreso.
A lo largo de la partida te plantea ciertas cuestiones muy simples: ¿salvo a este prisionero o acabo con él? ¿Ayudo a este personaje, obviamente bueno, o a este otro, que hará el mal con mi regalo? Así, a bote pronto, las opciones que se nos plantean son puramente maniqueístas, pero no así lo son las consecuencias. A veces, actuar con buena intención puede provocar el desastre, una horrorosa y sangrienta tragedia y, de pronto, volver a tener la oportunidad de obtener algo bueno de todo aquello.
Es interesante volver a jugar a Tormentum, una segunda vuelta dura poco más de una hora, y contemplar qué es lo que ocurre cuando escogemos la otra opción. En última instancia, el juego tiene dos finales muy diferentes, de nuevo cayendo en el maniqueísmo, pero que refleja cómo hemos jugado a lo largo de toda la partida. Dos finales que tampoco aportan ningún giro argumental diferente, la historia es la que es, independientemente de nuestras preferencias, pero sí que supone un colofón personalizado y que resulta consecuente con lo que hayamos elegido hacer y decir en la partida.
Es la atmósfera lo que me ha ganado de este juego, lo reconozco. Me ha gustado porque arriesga desde el punto de vista estético y es innegable que OhNoo, la desarrolladora polaca, ha cuidado este elemento hasta el extremo, sabiendo que era su punto fuerte, tal vez el único. Porque, hay que admitirlo, en cuanto a la historia y los diferentes puzles que nos ofrecen hay mucho margen de mejora.
Es complicado quedarse atascado, las zonas no son tan grandes como para hacerte un lío y las pistas para resolver los puzles son bastante evidentes. Además, muchos de los rompecabezas que tenemos son versiones de clásicos que ya hemos jugado mil veces, por lo que tampoco sorprenden. Eso sí, son variados, no se repite con ninguno y también se aprovechan del empujón estético del resto del juego, estando magníficamente bien integrados.
Ya hemos dicho que Tormentum es corto, pero quizás eso no sea tan malo en este caso. Tiene la duración justa como para no aburrir y que el efecto de su apartado artístico no pierda fuerza. Son unas cuantas horas muy intensas en las que pierdes la noción del tiempo y te sumerges en este extraño mundo retorcido, lleno de caballeros con armaduras amenazadoras, de almas penitentes, de monstruos amables y de criaturas que engañan y se disfrazan para no ser reconocidas.
Es complicado quedarse atascado, las zonas no son tan grandes como para hacerte un lío y las pistas para resolver los puzles son bastante evidentes. Además, muchos de los rompecabezas que tenemos son versiones de clásicos que ya hemos jugado mil veces, por lo que tampoco sorprenden. Eso sí, son variados, no se repite con ninguno y también se aprovechan del empujón estético del resto del juego, estando magníficamente bien integrados.
Ya hemos dicho que Tormentum es corto, pero quizás eso no sea tan malo en este caso. Tiene la duración justa como para no aburrir y que el efecto de su apartado artístico no pierda fuerza. Son unas cuantas horas muy intensas en las que pierdes la noción del tiempo y te sumerges en este extraño mundo retorcido, lleno de caballeros con armaduras amenazadoras, de almas penitentes, de monstruos amables y de criaturas que engañan y se disfrazan para no ser reconocidas.
Tal vez, si durara más, acabaría cansando. La historia tampoco da más de sí y tiene la longitud justa, contada en tres actos y con buen gusto. Al menos tiene sentido y justifica el resto del juego, lo que ya es más de lo que se puede decir de la mayoría de juegos que hay en el mercado, en el que meten cosas porque sí, porque quedan bien, y luego hay que intentar que cuadre en el guión.
Me has convencido, descargaré la demo y veremos que tal es (las imágenes que muestra en la portada de steam son preciosas)
ResponderEliminarEspero sinceramente que te guste. Y aunque no lo haga, pásate y da tu opinión también :)
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