La Patrulla Galáctica es una de esas series de animación que recordaba de mi infancia con un enorme cariño y que, ya de adulto, volví a ver con el miedo de que el tiempo hubiera hecho estragos con ella. Es peligroso luchar contra el recuerdo de la infancia y... ¿realmente estaba dispuesto a encontrar defectos en unos dibujos animados que me habían gustado tanto? ¿No habría sido mejor dejarlo como estaba y no llevarme una decepción?
Afortunadamente, La Patrulla Galáctica pertenece a una época dorada de la animación, una década única, los años 80, en la que no se tenía miedo a absolutamente nada. En este caso, teníamos a cuatro jinetes del espacio que tenían que combatir contra el Imperio de la Corona. Había viajes espaciales, cyborgs, extraterrestres, poderes extrasensoriales, planetas misteriosos y, sobre todo, unos personajes increíblemente carismáticos.
En última instancia, La Patrulla Gálactica era un western espacial, una serie de vaqueros que usaban pistolas láser, viajaban en naves intergalácticas y patrullaban por la galaxia. Pero también tenía caballos cibernéticos, indios, chamanes, bandidos, tabernas, desiertos, charlatanes, caravanas, piratas informáticos y videntes. ¿Puede funcionar una mezcla así? Lo hizo en los años 80 y, después de verla, veinte años más tarde, lo volvió a hacer.
No hay un protagonista totalmente definido y los cuatro miembros de la patrulla tienen sus momentos estelares, sus propias historias. Esto, en una serie de dibujos de aquella época, es tremendamente raro, ya que solían seguir una estructura de capítulos autoconclusivos que, además, podían ser vistos en cualquier orden. En La Patrulla Galáctica los capítulos tienen cierta independencia los unos de los otros pero se puede decir que hay una trama principal, encarnada en la figura de Zackary Foxx, el líder de la patrulla, que desea recuperar el "alma" de su esposa de la psicocripta del Imperio. Pero el resto de patrulleros, Shane Gooseman, el pistolero; Niko, la telépata; y Doc Walter Hartford, el pirata informático, también tenían sus propias tramas que se podían extender a lo largo de varios capítulos.
El resultado es que cualquiera podía tener a un personaje favorito, ya que todos ellos tenían cosas interesantes. Por hacer un símil moderno, era como la película de Los Vengadores, en la que todos los miembros se lucen y tienen su gran momento en la pantalla. Una serie tan coral permitía que se mostraran situaciones de todo tipo con muchas aproximaciones diferentes. Había capítulos con más acción, otros más reflexivos e incluso con trasfondo romántico. Esto la alejaba de otras series de la época, proporcionándole mucho más empaque, con guiones más trabajados y haciéndola más atemporal.
La Patrulla Galáctica se aleja de todo esto y ofrece una producción audiovisual cuidada. El encargado del trabajo de animación fue el estudio japonés Tokyo Movie Shinsha, responsables de otras grandes series de animación como Ulises 31, Lupin III, Detective Conan o Saint Seiya: The Lost Canvas. Destacaba por la variedad de situaciones y lugares que se podían ver en la serie, mostrando en cada episodio algo diferente. En un terreno como la animación, donde se suele abusar de la repetición de escenas o de la simplificación del dibujo para su producción en masa y para cubrir un horario, es llamativo ver un trabajo más artesanal y complejo. Las peleas son todas diferentes, con nuevos golpes. No está concebida como un cómic animado en el que constantemente los personajes hablan y explican las cosas, sino que tiene muy en mente que su formato es televisivo y deja que las imágenes hablen y cuenten cosas.
En el apartado sonoro estamos ante una serie absolutamente magistral. Fue una de las primeras series de dibujos animados en tener doblaje español de España, no latino, y destaca por su enorme calidad. Muchas de las voces que trabajaron en ella son actores que hoy en día están asociados a figuras reconocidas, como Luis Porcar con George Clooney y Chuck Norris, Arturo López con Peter Falk o Juan Perucho, el "genialérrimo" Peter Griffin de Padre Familia. Además de todo esto, la banda sonora era excepcional, muy roquera, con muchísima guitarra eléctrica y sintetizadores. Su tema principal No Guts, No Glory, Sin Riesgo, no hay Gloria, marcó a toda una generación de jóvenes televidentes. La música de la serie estaba muy cuidada, acompañando siempre a la acción y salvo el tema principal, que sí que era recurrente, era extraordinariamente variado y apenas se repetían las piezas, a veces rozando lo experimental.
La Patrulla Galáctica es una de esas series que ha aguantado extraordinariamente bien el tipo y que hoy en día es totalmente revisionable. Más aún, si os gustan las series de animación, es una excelente alternativa tengáis la edad que tengáis. Tiene acción, aventuras y de vez en cuando introduce elementos de ciencia ficción seria, como la manipulación genética, la filosofía, la xenología e incluso a veces religión. Pero, ante todo, es tremendamente entretenida y está divinamente bien hecha. Y eso siempre se disfruta.
Afortunadamente, La Patrulla Galáctica pertenece a una época dorada de la animación, una década única, los años 80, en la que no se tenía miedo a absolutamente nada. En este caso, teníamos a cuatro jinetes del espacio que tenían que combatir contra el Imperio de la Corona. Había viajes espaciales, cyborgs, extraterrestres, poderes extrasensoriales, planetas misteriosos y, sobre todo, unos personajes increíblemente carismáticos.
En última instancia, La Patrulla Gálactica era un western espacial, una serie de vaqueros que usaban pistolas láser, viajaban en naves intergalácticas y patrullaban por la galaxia. Pero también tenía caballos cibernéticos, indios, chamanes, bandidos, tabernas, desiertos, charlatanes, caravanas, piratas informáticos y videntes. ¿Puede funcionar una mezcla así? Lo hizo en los años 80 y, después de verla, veinte años más tarde, lo volvió a hacer.
No hay un protagonista totalmente definido y los cuatro miembros de la patrulla tienen sus momentos estelares, sus propias historias. Esto, en una serie de dibujos de aquella época, es tremendamente raro, ya que solían seguir una estructura de capítulos autoconclusivos que, además, podían ser vistos en cualquier orden. En La Patrulla Galáctica los capítulos tienen cierta independencia los unos de los otros pero se puede decir que hay una trama principal, encarnada en la figura de Zackary Foxx, el líder de la patrulla, que desea recuperar el "alma" de su esposa de la psicocripta del Imperio. Pero el resto de patrulleros, Shane Gooseman, el pistolero; Niko, la telépata; y Doc Walter Hartford, el pirata informático, también tenían sus propias tramas que se podían extender a lo largo de varios capítulos.
El resultado es que cualquiera podía tener a un personaje favorito, ya que todos ellos tenían cosas interesantes. Por hacer un símil moderno, era como la película de Los Vengadores, en la que todos los miembros se lucen y tienen su gran momento en la pantalla. Una serie tan coral permitía que se mostraran situaciones de todo tipo con muchas aproximaciones diferentes. Había capítulos con más acción, otros más reflexivos e incluso con trasfondo romántico. Esto la alejaba de otras series de la época, proporcionándole mucho más empaque, con guiones más trabajados y haciéndola más atemporal.
La Patrulla Galáctica y los Años 80
Los locos años 80 nos dejaron multitud de serie de calidad con varios rasgos en común. Era una época más inocente en la que la televisión era el medio de comunicación más potente. Los dibujos animados tenían un ritmo más lento, tomándose su tiempo para presentar personajes, situaciones e incluso recreándose en una panorámica. Hoy en día la sensación que tengo es que los dibujos animados son un bombardeo de situaciones y de personajes que entran y salen en plan bodeville, además de dejar de lado la riqueza de la animación, optando por el minimalismo, el dibujo simple y los colores planos.La Patrulla Galáctica se aleja de todo esto y ofrece una producción audiovisual cuidada. El encargado del trabajo de animación fue el estudio japonés Tokyo Movie Shinsha, responsables de otras grandes series de animación como Ulises 31, Lupin III, Detective Conan o Saint Seiya: The Lost Canvas. Destacaba por la variedad de situaciones y lugares que se podían ver en la serie, mostrando en cada episodio algo diferente. En un terreno como la animación, donde se suele abusar de la repetición de escenas o de la simplificación del dibujo para su producción en masa y para cubrir un horario, es llamativo ver un trabajo más artesanal y complejo. Las peleas son todas diferentes, con nuevos golpes. No está concebida como un cómic animado en el que constantemente los personajes hablan y explican las cosas, sino que tiene muy en mente que su formato es televisivo y deja que las imágenes hablen y cuenten cosas.
En el apartado sonoro estamos ante una serie absolutamente magistral. Fue una de las primeras series de dibujos animados en tener doblaje español de España, no latino, y destaca por su enorme calidad. Muchas de las voces que trabajaron en ella son actores que hoy en día están asociados a figuras reconocidas, como Luis Porcar con George Clooney y Chuck Norris, Arturo López con Peter Falk o Juan Perucho, el "genialérrimo" Peter Griffin de Padre Familia. Además de todo esto, la banda sonora era excepcional, muy roquera, con muchísima guitarra eléctrica y sintetizadores. Su tema principal No Guts, No Glory, Sin Riesgo, no hay Gloria, marcó a toda una generación de jóvenes televidentes. La música de la serie estaba muy cuidada, acompañando siempre a la acción y salvo el tema principal, que sí que era recurrente, era extraordinariamente variado y apenas se repetían las piezas, a veces rozando lo experimental.
La Patrulla Galáctica es una de esas series que ha aguantado extraordinariamente bien el tipo y que hoy en día es totalmente revisionable. Más aún, si os gustan las series de animación, es una excelente alternativa tengáis la edad que tengáis. Tiene acción, aventuras y de vez en cuando introduce elementos de ciencia ficción seria, como la manipulación genética, la filosofía, la xenología e incluso a veces religión. Pero, ante todo, es tremendamente entretenida y está divinamente bien hecha. Y eso siempre se disfruta.
He buscado esta serie desde hace mucho tiempo...
ResponderEliminarMe alegra ver que somos muchos los que aún tenemos buenos recuerdos de infancia y las series que siguen presentes hoy en día...
Saludos desde El Salvador...