4 de Mayo. El día de Star Wars. Por aquello del "May the fourth be with you". Un día como cualquiera para recordar una de las sagas cinematográficas más importantes que existen. Hoy vais a leer muchísimo en internet sobre Star Wars, Twitter se va a llenar de memes y todo el mundo dirá algo sobre ella. Puede que incluso veamos algún anuncio interesante relacionado con las nuevas películas, aunque todavía andemos de resaca por la que se montó hace dos semanas. Aquí vais a leer una reflexión muy personal sobre Star Wars: la Fuerza y lo que significa el Equilibrio.
Puede que el mayor problema de Star Wars sea la segunda trilogía, la moderna, con la que George Lucas se metió en camisa de once varas y decidió arramblar con muchos conceptos e ideas místicas de la trilogía original y darles una "explicación". Lo decía el incomparable Neil Gaiman por boca de Caín en El Parlamento de los Grajos, de la serie The Sandman:
George Lucas mató muchos misterios con los Episodios I, II y III. Mató el misterio del nacimiento de Darth Vader, mató el misterio de cómo era Yoda como maestro jedi, mató el misterio de la madre de Luke y Leia, mató el misterio del nacimiento del Imperio y mató el misterio del origen de La Fuerza. Posiblemente este fue su mayor crimen, aunque luego los midiclorianos no volvieran a ser mencionados.
Puede que el mayor problema de Star Wars sea la segunda trilogía, la moderna, con la que George Lucas se metió en camisa de once varas y decidió arramblar con muchos conceptos e ideas místicas de la trilogía original y darles una "explicación". Lo decía el incomparable Neil Gaiman por boca de Caín en El Parlamento de los Grajos, de la serie The Sandman:
Lo que perdura es el misterio, no la explicación. Un buen misterio dura eternamente. El cadáver misterioso tiene una magia propia. A la gente le da igual saber quién lo hizo. Si se lo cuentas, te matarán a picotazos, hermanito.
La segunda trilogía es, en realidad, la historia de una Profecía. Una que habla de un jedi mesiánico que vendrá a restaurar el equilibrio a La Fuerza. Puede que al común de los mortales le pareciera que tenía sentido todo aquello pero yo en aquella época ya me había empapado de las historias de Michael Moorcock y, para mi, la historia no tenía ningún sentido. ¿De qué clase de equilibro estaba hablando George Lucas?
El Equilibrio no es el Bien
Sigamos con los razonamientos de Michael Moorcock y su Multiverso para entender de lo que hablo. Imaginemos una balanza en la que en un platillo es el Bien y el otro el Mal. El Equilibrio no es la predominancia del uno o del otro, sino que en ambos platillos haya igual peso.
Ahora imaginemos una galaxia en la que La Fuerza posee dos caras: el Lado Oscuro y el Lado Luminoso. Imaginemos una época en la que hay una Orden Jedi. Hay centenares de caballeros que protegen a la República. Todos ellos están en el platillo del Bien.
En esa misma época sólo hay dos Lord Sith. Poderosos, pero sólo dos. Necesitan actuar bajo subterfugios, no mostrarse públicamente, pergeñar planes en silencio... Ellos están en el platillo del Mal. ¿Existe equilibrio en esta situación? ¿Hay verdadero Equilibrio en La Fuerza en el momento en el que Anakin Skywalker nace?
Por eso mismo, para mi, que Anakin se transformara en Darth Vader era la verdadera resolución de la profecía de los jedi. No hubo malinterpretación. No quería decir que Anakin sería el padre de los dos niños que acabarían con los Siths y purificarían La Fuerza. ¿Desde cuándo eso es traer el Equilibrio? ¿Es Equilibrio poner todas las pesas en un sólo platillo y dejar el otro vacío? ¿Es Equilibrio una Fuerza sólo con Jedis y no con Siths?
La conversión de Darth Vader era, para mi, el verdadero significado de la Profecía. Era alguien enormemente poderoso que venía a solucionar el enorme desequilibrio que había en La Fuerza en aquel momento. La Fuerza no es buena ni es mala: es la que es. Está ahí y depende de nosotros cómo emplearla. Darth Vader y el Emperador, acabando con el predominio Jedi estaban, efectivamente, devolviendo el Equilibrio a La Fuerza. Estaban igualando los dos platillos.
George Lucas cayó en la trampa del maniqueísmo, en querer continuar la historia de la eterna lucha del bien contra el mal limitando los puntos de vista a los extremos. En realidad, tenía la posibilidad de contar algo mucho más elaborado, de darle un toque único a su saga y aproximarse a una realidad con más escalas de grises y no en la que todos son o muy buenos o muy malos. Es cierto que los Sith son seres de extremos, pero los Jedi tampoco les andan a la zaga en inflexibilidad. ¿Dónde tiene cabida el ser humano ahí?
Si nos fijamos en la trilogía original, esa batalla de grises la tenemos en Luke Skywalker. A lo largo de El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi vemos al joven jedi debatirse entre uno y otro lado. Incluso le vemos fallar varias veces. Primero, en Dagobah, cuando entra en la Cueva del Mal armado, en contra de las indicaciones de Yoda; pero también cuando interrumpe su entrenamiento y se deja llevar por las emociones para ir a salvar a sus amigos, que habían caído en una trampa del Imperio en Bespin. En su duelo final contra Darth Vader le vemos caer en el Lado Oscuro, aunque luego consigue rechazarlo. Aún así, es un personaje lleno de matices, cayendo de uno y otro lado. Es humano. Cierto, la trilogía original no es ni mucho menos perfecta, pero por lo menos los personajes están mucho menos forzados.
Pero en la segunda trilogía vemos el fracaso total de Lucas a la hora de mostrarnos la lucha interior de Anakin y su caída en el Lado Oscuro. Nos tiene que vender la moto de la rendención de Darth Vader en El Retorno del Jedi y se equivoca de medio a medio hablando del Equilibrio en la profecía. Cayó en la narrativa fácil, en contar la historia de siempre de buenos contra malos y pasó por alto una enorme cantidad de conceptos filosóficos muy interesantes que subyacían en el concepto de La Fuerza, sustituyéndolos por religiosos, haciendo de Anakin una especie de Jesucristo hijo directo de La Fuerza. Y él tenía que ser un arma neutral, no tomar partido por ninguno de los dos lados. Debía ser un arma nacida para el Equilibrio, no para exterminar a uno de los dos bandos.
Porque sí, "El Poder de un jedi fluye de La Fuerza", pero George, el de un sith, también. Y ambos son caras de la misma moneda y, si destruyes una, la otra deja de cobrar sentido.
Muy interesante reflexión. Qué suerte que la gente no se conforme con el canon y vaya más allá en sus impresiones del universo de SW. Hace poco estuve en el Japan Weekend de Barcelona y vi a un chico con un cosplay de sith al que no paraban de pedirle fotos, y movida por la curiosidad le pregunté por qué había decidido disfrazarse de sith. Como el cosplay implica una identificación, ¿no es lógico que la gente prefiera ir de jedi, ir de "bueno"? ¿O es que sencillamente le gustaba más la estética oscurilla de la túnica negra y el sable rojo? No lo uno ni lo otro. El tipo me contó, totalmente en serio, que se sentía más identificado con la filosofía sith que con la jedi, no por ir de malo sino por el rollo de que la fuerza nace de las emociones y no de la represión de éstas. A él le gustaba mucho más esa perspectiva de la Fuerza, y lamenté que en ambas trilogías no le dieran un poco más de importancia a ese matiz, como sí que se hace, por ejemplo, en Caballeros de la antigua República (dos juegazos como dos soles).
ResponderEliminarLos dos KOTOR me parecieron un ejercicio de reflexión sobre la Fuerza maravilloso, sobre los orígenes de los sith y sobre la naturaleza talibán de los jedi, porque lo son. Muchas gracias por leer y por comentar :)
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