El momento ha llegado: vas a empezar a dirigir rol. Puede que lleves mucho tiempo jugando y te hayas decidido ocupar la cabecera de la mesa o puede que te haya picado el gusanillo del rol desde hace mucho tiempo y hayas convencido a unos amigos para jugar. El caso es que tú vas a dirigir la siguiente partida y te encuentras algo perdido. Ante todo, las buenas formas: bienvenido.
Dirigir una partida de rol puede dar algo de vértigo. No pasa nada. Nos ocurre a todos. Es un puesto de gran responsabilidad. El Dungeon Master es un trabajo único en la mesa: tú propones las situaciones, tú tienes la última palabra en cómo se resuelven las reglas, tú diriges la partida... aunque no seas su dueño y señor. El Dungeon Master es, en el fondo, un jugador más, pero tiene la responsabilidad de preparar la partida. Lo dicho, puede dar un poco de vértigo. Pero también es una labor preciosa y muy reconfortante.
Entonces, tienes un sistema de juego que quieres dirigir, tienes una mesa de jugadores dispuesta y sólo te queda pensar qué vas a preparar para la sesión del sábado por la tarde. Casi nada. Y te encuentras algo perdido, porque, reconozcámoslo, esto del rol es un mundillo todavía algo cerrado y hasta hace nada funcionaba por el boca a boca. ¿Cómo se dirige por primera vez? ¿Cómo se prepara una partida de rol? Espero que estos consejos, por lo menos, te sitúen en el buen camino.
Para empezar a jugar se necesita eso, un juego. Hay decenas en el mercado, con todo tipo de ambientaciones que se adaptan a lo que estés buscando. Tienes fantasía épica, cyberpunk, ciencia ficción, sobrenatural, de piratas, adaptando series de manga... La oferta es amplísima y hay mucho rango de precios, habiendo sistemas y ambientaciones muy interesantes por 20€ o 30€.
Pero tú, como Dungeon Master, como el Director del Juego, tienes que conocer el juego que vas a usar. No te digo que te sepas todas y cada una de las reglas pero sí tienes que saber cómo se juega a grandes rasgos y saber dónde buscar lo que no sepas. Léete el manual y familiarízate con todos los aspectos del juego. Tú eres el que va a poner los retos y manejar a todos los personajes del mundo, así que tienes que saber por dónde van los tiros.
Si no sabes algo o tienes dudas, háblalo con tus jugadores. ¿Qué tipo de aventura haces? Pregunta a tus jugadores qué les gustaría jugar: combate, misterio, exploración... ¿Dónde sitúas la acción? Pregunta a tus jugadores que prefieren, si misteriosas ruinas, una ciudad, explorar un territorio salvaje...
Muchas veces es recomendable tener lo que se llama una "Sesión 0", una reunión en la que se puedan establecer los principios básicos de la partida y se creen los personajes. Es una oportunidad para ver lo que quieren tus jugadores, qué personajes van a llevar... Todo eso son pistas e ideas que te pueden ayudar a comenzar a preparar tu partida en función de lo que quieren tus jugadores, pero sin limitar tu creatividad y la aventura que quieres dirigir.
Encuentra un punto un común donde todos estéis a gusto y todo será mucho más fácil.
Jugar con amigos es menos intimidante. Por un lado, quieres hacerlo bien porque, eso, son tus amigos, pero por otro... bueno, son tus amigos y se supone que estás cómodo con ellos y que la relación que tienes con ellos es más cercana y de confianza.
Si la mesa es familiar habrá mejor ambiente entre los jugadores, habrá menos posibilidades de que un jugador anónimo haga cosas raras y el diálogo fluirá más fácilmente. Jugar con amigos te quitará presión y estarás más a gusto dirigiendo, con menos nervios.
En el rol es imprescindible la improvisación... hasta cierto punto. El Dungeon Master tiene que tener cintura y reaccionar ante lo que hacen los jugadores, pero es muy, muy complicado (o tienes que tener muchísima soltura) para que salga bien una partida totalmente improvisada. Cuanto mejor te prepares para la partida, mejor saldrán las cosas.
No te obsesiones con el detalle, es imposible controlarlo todo, pero ten varias situaciones en la recámara, varios personajes que te permitan reconducir la acción ya preparados. Los diagramas de flujo ayudan mucho para crearte varios caminos alternativos de cómo puede desarrollarse la partida y prepararte las situaciones.
Por ejemplo, si los jugadores se pierden y no encuentran la pista clave que les ponga tras la pista del villano, prepara a un personaje que les ponga sobre la pista en la taberna. Si los jugadores, en vez de ir a la torre del mago a por las pociones deciden fabricarlas ellos mismos, ten a mano los ingredientes y lo que los jugadores tienen que hacer para conseguirlos.
Recuerda que los jugadores tienen que sentir que son ellos los que controlen la historia, lo que es cierto, hasta cierto punto, ya que tú también tienes derecho a que se aproveche tu trabajo y no se tire por la borda. Si has creado una aventura y los jugadores van en dirección contraria... siempre puedes coger algunos de los elementos que tenías preparados y resituarlos.
Pero todo esto requiere algo de trabajo previo. Piensa en tres o cuatro posibles escenarios, escribe algunas líneas de presentación, descripciones de tus secundarios, prepárate un par de mapas y ten a mano varios monstruos. Prepárate para poder improvisar.
Hay un viejo aforismo de escritor que reza "Escribe acerca de lo que conoces". Apliquemos el cuento para ser Dungeon Master. Inspírate en elementos que conozcas para construir tus historias. Si te gustan las películas de Indiana Jones, estas son un gran ejemplo a la hora de construir mazmorras con puzles o ruinas antiguas. Si os gustan las películas de Star Wars, ahí tenéis una buena inspiración para crear una aventura de ciencia ficción en el espacio.
Esto también es válido a la hora de hablar con los jugadores el tipo de campaña que vais a jugar. Si sois muy aficionados a las películas de El Señor de los Anillos, puede ser una buena idea hacer una campaña paralela o crear una nueva cogiendo algunos elementos, como el Anillo Único o un mago errante que ayude a los jugadores o la clásica historia del señor del mal renaciendo para dominar el mundo.
Dirigir con algo que ya conoces, además, te dará más soltura y te permitirá estar más a gusto y te permitirá improvisar y adaptarte con más facilidad.
Afortunadamente, el rol ha dado pasos de gigante en los últimos años gracias a Internet, especialmente Twitch. Hay muchísima gente retransmitiendo sus partidas, lo que no sólo te puede ayudar a descubrir nuevos juegos de rol, sino que te pueden inspirar para crear tus propias aventuras. Aprende de otros Dungeon Master viéndoles en acción y pon en práctica tus nuevos conocimientos.
Si el idioma no es ningún problema podrías ver algo de Critical Role, pero en español tenemos grandes mesas de rol, como Rolazo, Anima: Beyond Memeverso, 1d4+1, Pifias de Novatos o Pifia Descomunal. Repito, hay decenas de partidas que te pueden ayudar un montón. ¡Y siempre puedes preguntar!
Estas aventuras ya creadas son una gran solución y te pueden servir para comenzar a dirigir sin tener que preocuparte de generar tú el contenido. Son aventuras ya probadas y equilibradas, con encuentros muy interesantes y situaciones sociales que funcionan. No tengas miedo de cogerlas y de adaptarlas a tus necesidades. No tengas miedo de ponerte en la cabecera de la mesa. Nadie nace sabiendo y la mejor forma de aprender a dirigir un juego de rol es... sorpresa: dirigiendo.
Bienvenidos al maravilloso mundo del Dungeon Master. Disfrutad y hacer disfrutar a los demás.
Dirigir una partida de rol puede dar algo de vértigo. No pasa nada. Nos ocurre a todos. Es un puesto de gran responsabilidad. El Dungeon Master es un trabajo único en la mesa: tú propones las situaciones, tú tienes la última palabra en cómo se resuelven las reglas, tú diriges la partida... aunque no seas su dueño y señor. El Dungeon Master es, en el fondo, un jugador más, pero tiene la responsabilidad de preparar la partida. Lo dicho, puede dar un poco de vértigo. Pero también es una labor preciosa y muy reconfortante.
Entonces, tienes un sistema de juego que quieres dirigir, tienes una mesa de jugadores dispuesta y sólo te queda pensar qué vas a preparar para la sesión del sábado por la tarde. Casi nada. Y te encuentras algo perdido, porque, reconozcámoslo, esto del rol es un mundillo todavía algo cerrado y hasta hace nada funcionaba por el boca a boca. ¿Cómo se dirige por primera vez? ¿Cómo se prepara una partida de rol? Espero que estos consejos, por lo menos, te sitúen en el buen camino.
1. Conoce tu juego
Para empezar a jugar se necesita eso, un juego. Hay decenas en el mercado, con todo tipo de ambientaciones que se adaptan a lo que estés buscando. Tienes fantasía épica, cyberpunk, ciencia ficción, sobrenatural, de piratas, adaptando series de manga... La oferta es amplísima y hay mucho rango de precios, habiendo sistemas y ambientaciones muy interesantes por 20€ o 30€.
Pero tú, como Dungeon Master, como el Director del Juego, tienes que conocer el juego que vas a usar. No te digo que te sepas todas y cada una de las reglas pero sí tienes que saber cómo se juega a grandes rasgos y saber dónde buscar lo que no sepas. Léete el manual y familiarízate con todos los aspectos del juego. Tú eres el que va a poner los retos y manejar a todos los personajes del mundo, así que tienes que saber por dónde van los tiros.
2. Habla con tus jugadores
Si no sabes algo o tienes dudas, háblalo con tus jugadores. ¿Qué tipo de aventura haces? Pregunta a tus jugadores qué les gustaría jugar: combate, misterio, exploración... ¿Dónde sitúas la acción? Pregunta a tus jugadores que prefieren, si misteriosas ruinas, una ciudad, explorar un territorio salvaje...
Muchas veces es recomendable tener lo que se llama una "Sesión 0", una reunión en la que se puedan establecer los principios básicos de la partida y se creen los personajes. Es una oportunidad para ver lo que quieren tus jugadores, qué personajes van a llevar... Todo eso son pistas e ideas que te pueden ayudar a comenzar a preparar tu partida en función de lo que quieren tus jugadores, pero sin limitar tu creatividad y la aventura que quieres dirigir.
Encuentra un punto un común donde todos estéis a gusto y todo será mucho más fácil.
3. Juega con conocidos
Jugar con amigos es menos intimidante. Por un lado, quieres hacerlo bien porque, eso, son tus amigos, pero por otro... bueno, son tus amigos y se supone que estás cómodo con ellos y que la relación que tienes con ellos es más cercana y de confianza.
Si la mesa es familiar habrá mejor ambiente entre los jugadores, habrá menos posibilidades de que un jugador anónimo haga cosas raras y el diálogo fluirá más fácilmente. Jugar con amigos te quitará presión y estarás más a gusto dirigiendo, con menos nervios.
3. No improvises... todo
En el rol es imprescindible la improvisación... hasta cierto punto. El Dungeon Master tiene que tener cintura y reaccionar ante lo que hacen los jugadores, pero es muy, muy complicado (o tienes que tener muchísima soltura) para que salga bien una partida totalmente improvisada. Cuanto mejor te prepares para la partida, mejor saldrán las cosas.
No te obsesiones con el detalle, es imposible controlarlo todo, pero ten varias situaciones en la recámara, varios personajes que te permitan reconducir la acción ya preparados. Los diagramas de flujo ayudan mucho para crearte varios caminos alternativos de cómo puede desarrollarse la partida y prepararte las situaciones.
Por ejemplo, si los jugadores se pierden y no encuentran la pista clave que les ponga tras la pista del villano, prepara a un personaje que les ponga sobre la pista en la taberna. Si los jugadores, en vez de ir a la torre del mago a por las pociones deciden fabricarlas ellos mismos, ten a mano los ingredientes y lo que los jugadores tienen que hacer para conseguirlos.
Recuerda que los jugadores tienen que sentir que son ellos los que controlen la historia, lo que es cierto, hasta cierto punto, ya que tú también tienes derecho a que se aproveche tu trabajo y no se tire por la borda. Si has creado una aventura y los jugadores van en dirección contraria... siempre puedes coger algunos de los elementos que tenías preparados y resituarlos.
Pero todo esto requiere algo de trabajo previo. Piensa en tres o cuatro posibles escenarios, escribe algunas líneas de presentación, descripciones de tus secundarios, prepárate un par de mapas y ten a mano varios monstruos. Prepárate para poder improvisar.
4. Inspírate en lo que conoces
Hay un viejo aforismo de escritor que reza "Escribe acerca de lo que conoces". Apliquemos el cuento para ser Dungeon Master. Inspírate en elementos que conozcas para construir tus historias. Si te gustan las películas de Indiana Jones, estas son un gran ejemplo a la hora de construir mazmorras con puzles o ruinas antiguas. Si os gustan las películas de Star Wars, ahí tenéis una buena inspiración para crear una aventura de ciencia ficción en el espacio.
Esto también es válido a la hora de hablar con los jugadores el tipo de campaña que vais a jugar. Si sois muy aficionados a las películas de El Señor de los Anillos, puede ser una buena idea hacer una campaña paralela o crear una nueva cogiendo algunos elementos, como el Anillo Único o un mago errante que ayude a los jugadores o la clásica historia del señor del mal renaciendo para dominar el mundo.
Dirigir con algo que ya conoces, además, te dará más soltura y te permitirá estar más a gusto y te permitirá improvisar y adaptarte con más facilidad.
5. Mira otras partidas
Afortunadamente, el rol ha dado pasos de gigante en los últimos años gracias a Internet, especialmente Twitch. Hay muchísima gente retransmitiendo sus partidas, lo que no sólo te puede ayudar a descubrir nuevos juegos de rol, sino que te pueden inspirar para crear tus propias aventuras. Aprende de otros Dungeon Master viéndoles en acción y pon en práctica tus nuevos conocimientos.
Si el idioma no es ningún problema podrías ver algo de Critical Role, pero en español tenemos grandes mesas de rol, como Rolazo, Anima: Beyond Memeverso, 1d4+1, Pifias de Novatos o Pifia Descomunal. Repito, hay decenas de partidas que te pueden ayudar un montón. ¡Y siempre puedes preguntar!
Y si nada funciona...
Y si todo lo demás falla... Coge material ya creado. Hay muchas aventuras ya creadas, algunas incluso con personajes pregenerados, que sólo precisan que sepas las reglas del juego y que te las leas, para saber de qué va la historia y cómo tienes que actuar.Estas aventuras ya creadas son una gran solución y te pueden servir para comenzar a dirigir sin tener que preocuparte de generar tú el contenido. Son aventuras ya probadas y equilibradas, con encuentros muy interesantes y situaciones sociales que funcionan. No tengas miedo de cogerlas y de adaptarlas a tus necesidades. No tengas miedo de ponerte en la cabecera de la mesa. Nadie nace sabiendo y la mejor forma de aprender a dirigir un juego de rol es... sorpresa: dirigiendo.
Bienvenidos al maravilloso mundo del Dungeon Master. Disfrutad y hacer disfrutar a los demás.
Hola! tendrías algún link de tus mapas de tus aventuras?
ResponderEliminarLas imágenes del blog están en una calidad baja y es una pena porque me encantaría usarlos!
D':