Aquel Que Susurra con Mil Bocas es una misteriosa entidad proveniente de los límites de la existencia racional, conocedora de innumerables secretos, pero trastornada sin remedio. Hace muchos siglos que llegó al mundo y a su alrededor se formó rápidamente un culto de fanáticos, fascinados por su poder y por el conocimiento que atesora.
Ilustración de la Entidad Externa, del juego de cartas Yu-Gi-Oh
Origen
El Origen de Aquel Que Susurra con Mil Bocas es incierto. Se sabe que la entidad proviene de un lugar donde las leyes de la naturaleza no existen o no se comportan de la forma que nosotros entendemos. Tiene un poder inmenso pero, lamentablemente para ella, está sometido a las cadenas de su propia mortalidad y presa del cuerpo que se ha visto obligada a asumir.
No se conoce a ciencia cierta cómo acabó atada a este mundo. Algunos comentan que fue un aprendiz de hechicería intentando controlar un poder muy superior al que le correspondía, otros dicen que fue un archimago de gran poder, buscando alcanzar el conocimiento que lo ascendiera a la divinidad. Otros dicen que Aquel Que Susurra con Mil Bocas viajó por los planos de existencia hasta recalar en el mundo. También los hay que creen que, sencillamente, se trata de una deidad antigua que enloqueció y acabó cayendo al mundo, expulsada de algún panteón ya olvidado por las razas mortales.
Lo que está claro es que Aquel Que Susurra con Mil Bocas es una criatura tullida e incompleta. Puede que sus ataduras de carne fueran insuficientes para encerrar una mente como la suya, que las estructuras de un cerebro vivo no pudieran contener tanto poder y conocimiento. Puede que en su origen fuera un ente totalmente benigno, o maligno, pero ahora es, sencillamente, una criatura presa de una locura inimaginable... o, sencillamente, que opera en una escala incomprensible siguiendo un plan imposible de descifrar para las mentes mortales.
El cuerpo humanoide de Aquel Que Susurra con Mil Bocas es gordo, fofo, sin rostro alguno, de enormes dimensiones, fruto de la sobrealimentación y cuidados al que es sometido, totalmente desnudo, sentado sobre un lecho de cojines. Además, está cubierto de bocas, algunas con dientes, otras con lengua, algunas de aspecto humano, otras más similares a las de una bestia, ora con labios rojos y carnosos, ora partidos... Cada una de estas bocas grita, susurra y vomita secretos sobre el universo de forma totalmente caótica. Cada boca se expresa en un idioma diferente e hila un discurso aparentemente incoherente. Cuando no están murmurando o hablando, las bocas son alimentadas de forma solícita y glotona por la Orden de los Oyentes. No parece necesitar dormir y su cacofonía es incesante.
Sus bocas actúan de forma independiente y rara vez dos o más de ellas se ponen de acuerdo y articulan una frase en conjunto. El resto del tiempo, barbotean y murmuran, gritan, se ríen, insultan y escupen todo tipo de información en un centenar de idiomas diferentes. La mente de Aquel Que Susurra con Mil Bocas parece abarcar el total conocimiento de la existencia, de cosas que han pasado, están pasando y que pasarán, y tanto comenta lo que una anciana está cocinando en la otra parte del mundo como desvela el nombre verdadero de un dios que todavía no ha nacido.
Aquel Que Susurra con Mil Bocas, además, es completamente incapaz de valerse por sí mismo. Por eso es tan importante la Orden de los Oyentes, que lo protegen, cuidan y que a cambio recogen las migajas de conocimiento que proporciona.
La Orden de los Oyentes
Desde el principio, alrededor de Aquel Que Susurra con Mil Bocas se formó un culto de adoración, un grupo de fanáticos que lo vieron como una deidad y que lo veneran y cuidan, lo alimentan y vigilan que no le ocurra nada malo: la Orden de los Oyentes.
La cacofonía que surge de Aquel Que Susurra con Mil Bocas, ese continuo murmullo y mezcla de voces e idiomas, hace casi imposible estar en sus inmediaciones sin caer en las redes de la locura. Los miembros de la Orden de los Oyentes se entrenan durante años simplemente para poder permanecer en el Templo de los Oyentes. Sólo aquellos que demuestran una resistencia sobrehumana y una fe más allá de toda duda pueden permanecer en las inmediaciones de su dios y asistirle en sus necesidades diarias.
Los más grandes miembros de la Orden de los Oyentes se llaman a sí mismos los Buscadores de Secretos, y permanecen siempre al lado de Aquel Que Susurra con Mil Bocas, apuntando lo que dice, en busca de secretos y verdades. Aún así, no es extraño que alguno de estos oyentes caigan en las presas de locura y, entonces, son sacrificados en honor a su adorado dios. Todos aquellos que sucumben ante las voces de Aquel Que Susurra con Mil Bocas sufren el mismo destino: como alimento a la enloquecida criatura. No hay mayor honor que servir de sustento y, tarde o temprano, todos los monjes de la Orden de los Oyentes sufren también ese oscuro destino, creyendo que así se fundirán con el Conocimiento Supremo.
Lo cierto es que, con el devenir de los siglos, han sido miles los monjes que han servido de alimento a Aquel Que Susurra con Mil Bocas y son miles las bocas nuevas que han surgido con su propia voz en el cuerpo de la criatura, acrecentando la idea de que, al ser sacrificados, se unen a ese gran conocimiento y forman parte de su dios.
La Orden de los Oyentes sigue una férrea estructura jerárquica, con un Gran Maestro de Conocimiento y siete Buscadores de Secretos, de los cuales siempre hay tres en la cámara donde descansa Aquel Que Susurra con Mil Bocas. El Templo de los Oyentes, aquellos que viven cerca de su señor, apenas tiene 49 monjes, que trabajan profundamente la disciplina y la obediencia, dedicando su vida a la contemplación y a satisfacer las necesidades básicas de su señor. A estos se les conoce, sencillamente, como Cuidadores.
Por último, los acólitos que desean formar parte de los círculos más sagrados de su orden viven en la Ciudadela de los Secretos, que rodea el templo. Esta amplia zona es casi una ciudad en sí misma, con más de mil fieles que adoran a Aquel Que Susurra con Mil Bocas como una oscura deidad, y se ofrecen gustosos como sacrificios humanos, esperando el momento de la Gran Revelación.
Aquel Que Susurra con Mil Bocas llamará a todos sus fieles, comandados por el llamado Primer Oyente, una figura mesiánica, y todos los que demuestren tener fe ascenderán y se convertirán en un ejército invencible, destinado a acabar con todo y todos, ya que el fin de la creación se habrá cumplido y llegará la hora de la renovación y el renacimiento.
Mientras llega la Gran Revelación, la Orden los Oyentes se dedica a acumular todo tipo de conocimientos y a extender su influencia, empleando los secretos que han descubierto, preparando el terreno para cuando se alcen por encima de todos los pueblos del mundo.
En poquísimas ocasiones, Aquel Que Susurra con Mil Bocas ha solicitado la presencia de alguien en concreto. Esto es considerado un augurio de importantísimas consecuencias. Todos aquellos que han sido llamados han acabado por poseer un papel definitorio en el devenir del mundo. Cuantas más bocas realizan la petición, más profunda es la huella que deja en el mundo aquel a quien convocan... aunque también es visto como un mal augurio, porque el destino del convocado siempre estará rodeado de tragedias, terribles guerras y un gran sufrimiento personal.
La Orden de los Oyentes sigue una férrea estructura jerárquica, con un Gran Maestro de Conocimiento y siete Buscadores de Secretos, de los cuales siempre hay tres en la cámara donde descansa Aquel Que Susurra con Mil Bocas. El Templo de los Oyentes, aquellos que viven cerca de su señor, apenas tiene 49 monjes, que trabajan profundamente la disciplina y la obediencia, dedicando su vida a la contemplación y a satisfacer las necesidades básicas de su señor. A estos se les conoce, sencillamente, como Cuidadores.
Por último, los acólitos que desean formar parte de los círculos más sagrados de su orden viven en la Ciudadela de los Secretos, que rodea el templo. Esta amplia zona es casi una ciudad en sí misma, con más de mil fieles que adoran a Aquel Que Susurra con Mil Bocas como una oscura deidad, y se ofrecen gustosos como sacrificios humanos, esperando el momento de la Gran Revelación.
El Dogma de los Oyentes
Todos los seguidores de la Orden de los Oyentes creen que algún día su señor los convocará para la llamada Gran Revelación. En esta revelación todos los secretos de la creación les serán mostrados y, con ellos, el fin último de la existencia.Aquel Que Susurra con Mil Bocas llamará a todos sus fieles, comandados por el llamado Primer Oyente, una figura mesiánica, y todos los que demuestren tener fe ascenderán y se convertirán en un ejército invencible, destinado a acabar con todo y todos, ya que el fin de la creación se habrá cumplido y llegará la hora de la renovación y el renacimiento.
Mientras llega la Gran Revelación, la Orden los Oyentes se dedica a acumular todo tipo de conocimientos y a extender su influencia, empleando los secretos que han descubierto, preparando el terreno para cuando se alcen por encima de todos los pueblos del mundo.
El Oráculo
La fama de Aquel Que Susurra con Mil Bocas es amplia y no todo el mundo les ve con buenos ojos, conociendo sus oscuros orígenes y lo macabro de la Orden de los Oyentes. Aún así, son muchos los que ignoran estas señales y viajan al Templo de los Oyentes en busca de consejo o conocimiento. Así, el templo se ha convertido en una especie de oráculo siniestro. Sin embargo, es raro acudir al templo y conseguir la información que está buscando. Es más probable conseguir una respuesta críptica y en forma de acertijo, muchas veces una simple respuesta al azar de Aquel Que Susurra con Mil Bocas hecha en un idioma desconocido. En cualquier caso, todas estas respuestas se cobran un alto precio, que puede abarcar desde riquezas, secretos, influencia e incluso sacrificios, dependiendo de la respuesta conseguida.En poquísimas ocasiones, Aquel Que Susurra con Mil Bocas ha solicitado la presencia de alguien en concreto. Esto es considerado un augurio de importantísimas consecuencias. Todos aquellos que han sido llamados han acabado por poseer un papel definitorio en el devenir del mundo. Cuantas más bocas realizan la petición, más profunda es la huella que deja en el mundo aquel a quien convocan... aunque también es visto como un mal augurio, porque el destino del convocado siempre estará rodeado de tragedias, terribles guerras y un gran sufrimiento personal.
Nombres
Otros nombres con los que se conoce a Aquel Que Susurra con Mil Bocas son: La Voz de la Creación, El Eco de la Locura, Susurrador de Secretos, La Carne Omnisciente, Las Mil Bocas del Conocimiento, Aullador de Verdades, El Dios Susurrante, Profeta de la Revelación, El Oráculo del Más Allá...
Aquel Que Susurra con Mil Bocas
Seguidores
Los más fieles seguidores de Aquel Que Susurra con Mil Bocas son todos monjes de los siguientes niveles.- Gran Maestro del Conocimiento - Monje de nivel 20
- Buscadores de Secretos - Monjes de nivel 16
- Cuidadores - Monjes de nivel 11
- Acólitos de la Orden de los Oyentes - Monjes de nivel 5
Además, Aquel Que Susurra con Mil Bocas puede ser patrón de Brujos Primigenios y siempre cabe la posibilidad de que haya algunos brujos de niveles similares a los Monjes como parte de la estructura jerárquica de la Orden.
Buenísimo. Lo voy a utilizar para una partida. Gracias por el aporte.
ResponderEliminar¡Me alegro de que te guste! Muchas gracias :)
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