Opinión - Sobre la Envidia, los roleros y la Intolerancia

No codiciarás los bienes ajenos. Ese es el décimo mandamiento, que se ocupa de la envidia. No esa envidia de "¡Ala cómo mola esto, yo lo quiero!", sino de esa que te envenena, que te hace escupir bilis y te reconcome por dentro. Es el mirar a los demás y creer no sólo que tú te mereces lo que tienen, sino que el otro no se lo ha ganado de forma honesta. Es un horrendo sentimiento, la envidia. Saca lo peor de nosotros y nos transforma poco a poco en monstruos, como los que viven en el rol. No deja de ser uno de los pecados capitales, uno de esos que oscurecen y pervierten de forma especial el alma humana. 

Opinión - Sobre la Envidia, los roleros y la Intolerancia
Portada del cómic de Elric 4 El Lobo Blanco 2, de Gary Jamroz Palma

En un mundo como el actual en el que vivimos unos niveles de exposición tan elevados, en el que cada interacción social online se puede medir en likes, visitas, corazones y visualizaciones; hemos cuantificado la envidia. Podemos, objetivamente, establecer comparaciones con nuestro entorno y suponer un mayor o menor éxito en función de estos parámetros. ¿Quién tiene más espectadores? ¿A quién le hacen más casito? ¿Quién recibe más interacciones? Y hay gente que tiene más éxito que otra. Y no pasa nada. O no debería.

El rol, como ocurre en los videojuegos, los cómics y este tipo de aficiones en general, tiene grandes seguidores, que disfrutan de hablar de ellas, de jugar, leer, de compartir ideas... pero también existen ciertos sectores muy cerrados que pueden llegar a convertir estos entornos de diversión en verdaderas pesadillas. Y aquí la envidia tiene mucho que decir. Y la falta de empatía. Hablamos de esos grupos que son incapaces de ver el mundo a través de otro cristal que no sea el suyo, que ven sus aficiones como entes monolíticos, imposibles de cambiar, que sólo existe una forma correcta de disfrutar, y es la que ellos conocen. Y peor aún, que les molesta que haya otros que disfruten de otras formas porque de esa manera se "pervierte" su afición. Voy a ilustrarlo con dos ejemplos.

Hace la tira de años, unos doce, algo cambió en World of Warcraft. Introdujeron unos emblemas que se podían conseguir en mazmorras heroicas con los que podías adquirir equipo de las primeras raids. Esto se hizo así para que los nuevos jugadores pudieran conseguir el equipo necesario para reengancharse al nuevo contenido. Se levantó una enorme polémica entre algunos jugadores, los más comprometidos, porque no les gustaba que lo que a ellos les había costado tanto conseguir, fuera tan asequible ahora. Uno puede llegar a ver los motivos de su enfado, pero, en el fondo, se trataba de que ese grupo de jugadores era incapaz de disfrutar del juego per sé y necesitaba competir contra otros jugadores, de demostrar que eran mejores. Y lucir esas armas y armaduras era sinónimo de estatus, sin darse cuenta que su estatus estaba ahora en las nuevas raids y los nuevos logros, que convertían algunos viejos desafíos en otros nuevos, sólo al alcance de los mejores. Pero el hecho de que a ellos les hubiera costado tanto ya hacía impensable que otros lo tuvieran más sencillo, debían pasar por lo que ellos.

El segundo ejemplo es reciente. Hace nada, Wizards of the Coast hizo una serie de encuestas sobre Dungeons & Dragons, para conocer el sentir de la comunidad. Cuando uno llegaba a la parte de creadores de contenido, aparecían una serie de canales de Twitch y de Youtube que retransmitían sus partidas, pero nada de otro tipo de contenido, como los blogs. Esto me sentó un poco mal, y no por mi (bueno, un poquito), sino por la cantidad de blogs y vblogs que sigo y que no se veían representados. Sentí que se estaba dejando de lado a una parte de la comunidad que aporta un montón de contenido muy interesante. Y luego reflexioné un poco y miré cuál era el panorama del rol y que, en realidad, la encuesta era la constatación de un hecho: las partidas retransmitidas es el contenido que más se demanda, lo que crea más comunidad y lo que mejor funciona. ¿Me iba a enfadar con los canales geniales que había por ahí? No. ¿Los iba a hacer de menos y pensar que su aportación al rol era inferior? En absoluto. 

Con estos dos ejemplos podemos hacernos una idea sobre cómo funciona la mente de esta parte de la afición más tóxica. Son unos usuarios que creen que tienen un estatus dentro del mundillo del rol, ya sea porque están muy comprometidos o porque llevan mucho tiempo en él y piensan que la antigüedad es un grado. Que, por algún motivo misterioso, alguien les debe algo. Pero el rol está viviendo un resurgimiento o, más bien, ha encontrado una nueva base de jugadores que disfruta de nuevas maneras, aunque sólo sea porque han pasado casi 30 años desde que ICE y JoC publicaran El Señor de los Anillos, con el que muchos nos iniciamos en este mundillo. Y los jugadores "clásicos" se sienten desplazados.

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Se sienten desplazados porque no entienden por qué lo nuevo tiene éxito y, ¡por los dioses!, más que lo que a ellos les gusta. Es aquí cuando entra en juego la envidia, ya que creen que los nuevos jugadores, su estilo de juego, sus referentes, las nuevas ediciones de los juegos (ya sea D&D, Vampiro o La Llamada de Cthulhu) y toda la cultura a su alrededor es inferior a lo que a ellos les gusta y su éxito es injusto y reprobable. Al igual que los jugadores del World of Warcraft en Wrath of the Lich King, perciben las nuevas formas de juego como un atentado directo a su estatus, como una forma de menospreciar lo que a ellos les gusta. Son incapaces de disfrutar de su afición ya que quieren que todo el mundo juegue como ellos, rechazan la diversidad y les molesta de forma genuina que los demás jueguen a a su manera. Sólo encuentran diversión con la comparación y con sentirse superiores a los demás, no con el juego en sí.

Esto no tiene nada que ver con el rol. Tiene que ver con rechazar de plano la realidad de que los nuevos jugadores traen nuevas formas de jugar, tan válidas como las anteriores; que el tiempo hace madurar al medio y que los juegos de rol, como es inherente a cualquier elemento cultural, es un reflejo de la época en la que se crea. El D&D de 2020 refleja la sociedad de 2020, con toda su sensibilidad y diversidad, mientras que el D&D de 1970 reflejaba la sociedad de 1970, más anquilosada en estos temas.

Es totalmente normal que hayan surgido elementos de control en las partidas como la Tarjeta X, que haya preocupación por la diversidad en las mesas, porque se introduzcan elementos LGTBI en los manuales y en las aventuras, que haya revisión de elementos racistas, sexistas o clasistas en el material que se publica. Lo que no es normal es oponerse a su uso. Uno puede ser crítico con algunos aspectos, yo mismo lo he hecho con algunos elementos de Dungeons & Dragons 5ª Edición, especialmente en el abuso del retcon y no en hacer evolucionar el contenido ya existente; incluso los puedes dejar de lado en tus partidas si quieres y seguir como hasta ahora si en tu mesa funciona, pero en ningún caso puedes enfadarte porque haya gente que las esté empleando ni desdeñar ni menospreciar su uso.

Y, desde luego, lo que jamás puede ocurrir es perder la compostura y proceder al acoso y derribo, a crear divisiones ficticias en aras de dar salida a la frustración y la envidia. Si hay alguien que tiene más éxito que uno, por lo que sea, analiza por qué. A lo mejor llegas a la conclusión de que, sencillamente, escribir un blog en pleno 2020 no es la forma óptima de llegar a la audiencia rolera y que a lo mejor sería una buena idea trabajar en mostrar partidas online. Y tampoco pasa nada porque al principio esas partidas no arranquen y tengan pocas visitas. Mira, a lo mejor nunca despegan, por el motivo que sea. 

A lo mejor lo que hay que hacer es dejarse de zarandajas y, simplemente, disfrutar del rol. Crear contenido con pasión y compartirlo con la gente sin pedir ni esperar nada a cambio. Puede que la recompensa sea sentarse con unos amigos y disfrutar de una aventura, contar historias y pasarlo bien un rato. A lo mejor sólo tenemos que limitarnos a disfrutar del rol y dejar de mirar a los demás y codiciar lo que tienen, sino inspirarnos en ellos y preguntarnos qué podemos aprender de ellos, cómo su experiencia puede enriquecernos y cómo, si formamos de verdad parte de una comunidad, podemos construir algo verdaderamente precioso.



Comentarios

  1. Me quito el sombrero ante este texto. Totalmente de acuerdo.

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  2. Yo llevo pocos años en el mundillo (bueno, pocos, 6 o 7 ya casi, pero me siento muy novato) y, aunque es cierto que no me he movido mucho por redes tampoco, lo poco que me he movido he encontrado y descubierto a gente muy buena a la que respeto mucho (aunque algunos no tengan ni idea de quién soy, pero eso es lo de menos). Es triste que haya gente con ese tipo de comportamientos nocivos en el mundo del rol, pero supongo que son cosas que pasan, teniendo los años que tiene la afición y con un boom de popularidad relativamente reciente. En cualquier caso, lo importante es que, poco a poco, esas conductas y esas personas vayan quedando atrás y, aunque no desaparezcan (porque nunca desaparecerán del todo, lamentablemente), que se conviertan en algo absolutamente residual y anecdótico. El rol no es solo pasado, también presente y futuro.

    Muy muy buena entrada, por cierto, me ha encantado.

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    1. ¡Gracias! Sencillamente, es no perder las formas y la perspectiva y darse cuenta que de que todo evoluciona :)

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  3. ¡Fantástico artículo!
    Porque lo importante es pasarlo bien sin llevar un golpe y, por supuesto, ¡sin andar a golpes con los demás!
    Disfrutar de la afición y, si es posible, facilitar a otros el acceso a esa diversión.

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    1. Si es que a veces se nos olvida que esto no deja de ser un juego para disfrutar con otras personas...

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  4. Me llama la atención que no se mencione algo que cada día veo de una u otra forma en mis redes sociales: el desprecio o la minusvalorización de juegos, estilos o formas de jugar "tradicionales" para, por contraste, destacar o favorecer las "modernas". Y a menudo de la mano o de tácticas de mercadotecnia, para "vender" lo nuevo; o bien de gurues de lo nuevo, para venderse ellos. Yo ahí veo un problema grave también, que desde mi perspectiva brilla por su ausencia en la reflexión.

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    1. Y viceversa, que el OSR no se vende solo. En realidad tanto malo es una cosa como otra. El juego "moderno" y el juego "clásico" tiene cada uno sus pros y sus contras y se debería disfrutar por igual.

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    2. Me llama mucho la atención esto que comentas, porque es algo que no he visto. No sé si porque es mayor el desprecio en un sentido que en otro y pasa más desapercibido o, simplemente, porque no lo estaba buscando y no lo he notado. ¿Puedes comentarme algo más de este desprecio de lo nuevo a lo viejo? Me parece muy interesante.

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    3. Totalmente de acuerdo con Khul Mani. Hay gente que solo busca alzar su método preferido como el mejor o el correcto. Sobre minusvalorar los estilos clásicos frente a los estilos más modernos o indie como la quintaesencia del rol, narración e interpretación, yo he visto bastantes ejemplos. Pero no es algo exclusivo del rol. Es lo mismo que lleva pasando siempre con la música o el cine, es una suerte de gafapastismo donde los que exploran lo más alejado del mainstream se sienten moralmente superiores. Las personas somos así.

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  5. Me llama la atención que no se mencione algo que cada día veo de una u otra forma en mis redes sociales: el desprecio o la minusvalorización de juegos, estilos o formas de jugar "tradicionales" para, por contraste, destacar o favorecer las "modernas". Y a menudo de la mano o de tácticas de mercadotecnia, para "vender" lo nuevo; o bien de gurues de lo nuevo, para venderse ellos. Yo ahí veo un problema grave también, que desde mi perspectiva brilla por su ausencia en la reflexión.

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  6. A la larga no es un problema de "veteranos" en lo que yo llamo el síndrome de la casita del árbol, sino gente con ego que utiliza los juegos de rol como utilizarían cualquier cosa para creerse por encima de otros. Mismo me da estos, que quien utiliza los juegos modernos como ataque frente a los jugadores clásicos.

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  7. Para mí es como mis preferencias musicales. Con los tiempos han cambiado y mucho.
    Cuando empecé en esto allá por los primeros 80, jugaba D&D de una forma, al igual que escuchaba Heavy Metal, había más juegos de rol, sí, había muchas bandas de metal, sí... Me gustaban más juegos o grupos, algunos, no todos.
    Con el tiempo, cosas que no soportaba en algunos juegos ahora me gustan, lo mismo que con ciertos estilos de metal. Vamos, lo que quiero decir es que no podemos quedarnos anclados en una edad o época, tenemos que avanzar y abrirnos a escuchar y ver cosas nuevas... Aunque la verdad, no hay nada nuevo, sencillamente se han normalizado muchas cosas que ya existían antes.
    Pero aún así, ahora tenemos la libertad de incluir cosas que antes, por la presión social, no nos atrevíamos... Aunque lo que no ha cambiado mucho sea la misma presión social, solo ha dado un giro para cambiar de vientos, pero sigue siendo la misma.

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  8. Que sigas disfrutando en tu escritura dentro del blog y también en el mundo del rol... porque con reflexiones convertidas en artículos como este, las cosas podrían ir mejor en el mundillo.

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