Los Enanos, Señores de la Forja y Reyes de la Montaña

Los enanos son una de las razas de la fantasía con más abolengo de todas. Sus orígenes se remontan a los dvergar de la mitología nórdica, donde comparten muchas de las características que hoy en día los han hecho tan populares, especialmente su amor por la forja y su capacidad de crear las armas y objetos mágicos más increíbles. Pero la visión que tenemos hoy en día de los enanos en los juegos de rol de fantasía se debe, sobre todo, a Tolkien, que con su obra conformó las bases para la fantasía medieval moderna. Por supuesto, Dungeons & Dragons bebe directamente de esta fantasía y, por lo tanto, los enanos que habitan en sus mundos recuerdan enormemente a los que aparecen en las páginas de El Hobbit y El Señor de los Anillos.

Los Enanos, Señores de la Forja y Reyes de la Montaña

Este orgulloso pueblo se caracteriza por tener una gran conciencia de su comunidad y su pasado, poniendo al clan por encima de todas las cosas. El individuo es importante, pero palidece en comparación con su comunidad. Su sentimiento del deber es férreo, especialmente aquellas responsabilidades que tienen que ver con su clan o si su palabra está empeñada. Son amantes de la piedra y el metal y sus obras de mampostería y forja son las más famosas del mundo, aunque sus manos también son delicadas y amantes del oro, la plata y las gemas y sus trabajos de orfebrería se cuentan entre los mejores de todo los mundos.

Pero también son un pueblo bastante desconfiado. Su larga vida les da ciertas perspectiva, pero su materialismo los aleja de ciertas razas, como los elfos, con los que siempre ha sido tradicional que haya cierta rivalidad. No se fían demasiado de los extranjeros, pero hacen valer su palabra ante ellos. No es que pongan sobre la mesa su honor, sino que, sencillamente, hay ciertos asuntos sobre los que un enano jamás engaña o miente.

Se mezclan con el resto de las razas, pero también es cierto que tampoco se revuelven con ellas. Suelen mantener sus comunidades allí donde van. Parte de ese aislamiento del mundo se ve reforzado porque sus ciudades son típicamente subterráneas. Hay enanos que pasan su vida, de varios siglos de edad, sin ver jamás la luz del sol, y tampoco la echan en falta.

Pero, en esencia, y salvo honrosas excepciones, los enanos son una raza noble y no desean mal a nadie. Su enemistad con los orcos, goblins, trolls y gigantes es legendaria, y el sentimiento de odio y animadversión es mutuo. Si un enano tiene oportunidad de acabar con un grupo de orcos, no se lo pensará dos veces. Si acaso, llamará a más amigos para disfrutar todos juntos de un rato de ejercicio improvisado.

Origen de los Enanos

Able Blacksmit, para Terraforge, Todor Hristov

Los enanos de Dungeons & Dragons tienen un origen muy claro: el dios Moradin. Esta deidad, la suprema del panteón enano, está considerado el padre de toda la raza de enanos, ya que fue él mismo el que forjó a los primeros enanos en su Gran Taller. Moradin es a quien todos los enanos deben reverencia, respetan y aman y pasan su vida entera intentando convertirse en dignos de su compañía cuando lleguen al fin de sus largos días sobre la tierra (o bajo ella, depende).

Moradin creó a los enanos a partir de metal y gemas y, después, los imbuyó de vida con su aliento. Así, todos los miembros de la raza enana comparten ciertos atributos, como una enorme fortaleza física, una legendaria resistencia al trabajo y más que un amor, una necesidad de crear con sus propias manos, de extraer las formas de la piedra y el metal.

Junto a Moradin, existe todo un panteón de dioses enanos, cada uno encarnando una faceta importante para su vida como Clangeddin, la Guerra; Dumathoin, los Secretos; Berronar, la Ley; Ulaa, la Minería... Así, es raro ver a un enano que rinda culto a dioses ajenos a este panteón, aunque siempre hay excepciones. Y siempre, sobre todos los demás, está el culto a Moradin.

Así, su creador infundió a sus hijos el amor por trabajar el metal y la piedra, por crear con sus propias manos, lo que es, a la vez, la mayor bendición y maldición de esta raza. Son magníficos mineros, mamposteros, herreros y orfebres. Los trabajos manuales de los enanos están considerados los mejores allí donde van, pero también es común que los enanos estén demasiado apegados a sus creaciones, como si fueran su descendencia. Robar a un enano implica convertirse en blanco de maldiciones y venganzas, no digamos si, en vez de oro, le roban un objeto especial que haya forjado o sea de su propiedad. Es de esperar que no sólo ese enano, sino todo su clan, jure buscar al ladrón, ajusticiarle y devolver lo robado a su legítimo dueño. Este camino no pocas veces linda con el de la venganza y más de un enano y más de dos se ha perdido por este sendero y caído en oscuras redes.

Los enanos hoy en día están en declive, aunque no es tan acusado como el de los elfos. Sus grandes reinos forman parte del pasado y mucho se ha perdido en las constantes guerras contra los orcos, sus enemigos más acérrimos. El recuerdo de los grandes días del pasado y recuperar la gloria y maestría de sus ancestros puede ser una de las motivaciones de este pueblo, al igual que recuperar esas antiguas ciudades, volverlas a habitar y que resuenen en sus pasillos de nuevo los martillos de la forja y los picos de la mina.

En Reinos Olvidados hemos visto en dos ocasiones a los enanos recuperar antiguos reinos de antaño, ambos llevados a cabo por Bruenor Battlehammer, que reconquistó el hogar de sus antepasados, el Salón de Mithral de manos del dragón Tiniebla Brillante; y muchos años después encontró el reino perdido de Gauntlgrym y expulsó a los drows que lo habían infestado. Ambos reinos se han convertido en dos nuevas fortalezas para los enanos de la Costa de la Espada y una esperanza de recuperar el antiguo imperio enano de Delzoun.

Todo por y para el Clan


Los enanos se definen en gran medida por la comunidad a la que pertenecen: su clan. Los clanes son extensiones de la familia y pueden llegar a formar ciudades enteras. En Dungeons & Dragons tenemos el claro ejemplo del Salón de Mithral (Mithril Hall, para los más veteranos), que fue fundado y reconquistado por el clan Battlehammer. Hay muchas familias que viven en este lugar, cada una con su apellido, pero todas ellas pertenecen a los Battlehammer, ligan su honor a él y su objetivo vital es ser útiles al clan, velar por su supervivencia y conseguir que todos sus integrantes prosperen.

El sentimiento del deber está profundamente arraigado en la cultura enana, así como una dedicación extraordinaria al trabajo. Las familias enanas se suelen especializar en una tarea y, aunque no es una obligación, los hijos suelen continuar la tradición de sus padres, dedicándose al mismo oficio. Si a esto le sumamos la obsesión de los enanos por alcanzar la perfección en las tareas encomendadas podemos empezar a explicarnos cómo funciona la mente de un enano y cómo tratar con ellos.

Por todo esto, es muy raro que los enanos lleguen a confiar plenamente en gente ajena al clan. Para ellos, éste va en primer lugar y no harían absolutamente nada que fuera en su detrimento. Uno de los peores castigos que se le puede infligir a un enano, algo incluso peor que la muerte, es el exilio, despojarle del clan y su protección. Si en sus aventuras, un grupo se encuentra a un enano taimado y cruel, hay muchas posibilidades de que sea alguien expulsado de su clan y que se ha visto obligado a sobrevivir, bien en solitario, bien en compañía de otros exiliados.

Las ciudades enanas suelen estar gobernadas por un rey, aunque este título tiene un significado algo diferente para los enanos. Ser rey sólo implica una mayor responsabilidad y casi ningún privilegio. De un rey enano se espera que sea un artesano sin igual, además de que vele por la protección y bienestar de todos los miembros del clan. Toma decisiones consensuadas y nunca pone su bienestar personal por encima del bienestar de los demás. Si un rey enano se va a equivocar, lo más seguro es que tenga detrás a media docena de consejeros, y a su madre, para darle una colleja y quitarle la tontería del cuerpo.

Forja y Mina

Los Enanos, Señores de la Forja y Reyes de la Montaña - Ciudad

Como hemos comentado anteriormente, los enanos suelen vivir bajo tierra, en magníficas ciudades subterráneas. Sus grandes reinos están excavados en la roca y son capaces de crear estructuras que quitan el aliento a aquellos que tienen la suerte de visitarlas. Los enanos destacan en muchas profesiones, pero sobre todo aman aquellas que tienen que ver con la forja del metal y la talla de joyas. Piedra y metal.

Uno de los objetivos de los enanos es convertirse en maestros absolutos de las artes que ejercen, por lo que no es de extrañar que si sus armas están entre las más laureadas de todas, si sus armaduras son requeridas para proteger a los reyes de todo el mundo, si sus joyas son las más cotizadas... pues lo lógico es pensar que sus ciudades son verdaderas obras de arte de la arquitectura, llenas de detalles y majestuosidad. No olvidemos las famosas palabras de Gimli en El Señor de los Anillos: ¡y lo llaman mina!

Las ciudades enanas se llenan con el ruido de las herramientas de los artesanos trabajando. El fragor del fuego en la forja, los martillos dando forma al metal o golpeando cinceles, los escoplos dando forma a la madera, los pulidores de gemas... Si hay algo que los enanos saben es que el trabajo dignifica, y cada uno de ellos está dispuesto a convertirse en el maestro absoluto de su profesión. Suelen vivir unos 300 años, así que tiempo tienen para practicar.

Pero las ciudades enanas también son fortalezas. Las enemistades que se han forjado (perdón por el chascarrillo) a lo largo de los siglos, especialmente con los orcos, cristalizan en constantes ataques a sus fronteras. Además, dado que los enanos suelen excavar cada vez más profundo en busca de minerales, metales y gemas, también es frecuente que encuentren en el Underdark peligros que los amenacen, como drows, duergars e incluso dragones e ithillitas. Así pues, en su pragmatismo, las ciudades enanas también son fortalezas inexpugnables, con grandes puertas de acero y plata, zonas preparadas para la defensa, túneles que se pueden derruir con facilidad en caso de emergencia y formas de escapar a lugares seguros en caso de que todo esté perdido.

La cerveza como agua bendita

A los enanos les gusta beber. Beber cerveza. Su fuerte constitución les garantiza la deglución de varios litros antes si quiera de comenzar a sentir ese cosquilleo detrás del cráneo y que se les ponga la lengua tonta. El lúpulo y la cebada son plantas sagradas para ellos, así cómo todo lo relacionado con la creación de la cerveza. Un maestro cervecero puede ser tenido en la misma consideración, puede que más, que un gran herrero o un héroe de guerra.

Los grandes acontecimientos enanos, aquellos que implican reunirse todo el clan a celebrar algo y en los que se requiere la presencia de uno o más clérigos, de Moradin o de cualquier dios, traen consigo la necesidad de bendecirlo con un agua bendita a la altura. Y para los enanos el agua bendita es la cerveza. Incluso tienen a un dios, Hanseath, cuyo uno de sus dominios es la fabricación de la cerveza, que también es su símbolo.

Y es que no hay que confundir la dedicación, responsabilidad y el general carácter adusto y pragmático de los enanos con que sean incapaces de divertirse. Los enanos saben cantar con voces profundas y melodiosas, aunque sobre temas que a ellos les parecen interesantes. Beber, además, tiene un extraño efecto en ellos. Un grupo de enanos que bebe, tiende a crear lazos afectivos y a recordar historias de sus clanes, de héroes del pasado, a alabar a los dioses y, si están lejos de su casa, a cantar canciones de añoranza del hogar.

Aquellos Que Acaban Con Un Hacha Incrustada En El Cráneo

Los Enanos, Señores de la Forja y Reyes de la Montaña - Duergar

Los enanos son aliados, con reservas, de elfos, humanos, medianos, gnomos... pero sí que es cierto que a lo largo de los milenios han hecho una serie de enemigos jurados, enemigos raciales que no dudarían en destruirles a la más mínima provocación. Son legendarias algunas de las guerras que han tenido con algunos de estos enemigos, y no todas ellas han acabado bien. Son innumerables los reinos enanos que han caído a lo largo de los siglos, y siempre ha sido a causa de invasiones o desgracias exteriores.

Orcos, Ogros y demás basura verde

Orcos, ogros, osgos, goblins, hobgoblins, trolls... Todas estas razas son enemigas ancestrales de los enanos por disputas cuyos orígenes se han perdido en las corrientes del tiempo, pero que conociendo la naturaleza caótica y traicionera de todos los pieles verde podemos tener nuestras sospechas.

Se ha perdido la cuenta el número de invasiones orcas que los enanos han tenido que atajar, muchas veces a costa de su propia supervivencia. Ciudades enteras han caído, civilizaciones completas que una vez formaron reinos e imperios subterráneos, ahora no son más que un recuerdo de los clanes que sale a relucir cuando se juntan a "bendecir" la mesa.

Los orcos y sus primos matan enanos por diversión y estos consideran que le hacen un deber al mundo si acaban con unas cuantas alimañas antes de volver al seno de Moradin.

Dragones

A los dragones les gustan los tesoros y no hay ninguna otra raza que acumule tantos como los enanos. En la literatura popular, el caso más conocido de enemistad entre dragones y enanos es el de El Hobbit, con Smaug el Dorado destruyendo el reino de Erebor y apropiándose del tesoro de los enanos. Al amor por el oro y las joyas, hay que destacar que, aparentemente, la carne de enano es deliciosa para los dragones, así que no sólo están haciendo un servicio a su estatus social, sino que cuidan su línea con comida de primera categoría.

Un reino enano próspero siempre es posible que se convierta en el blanco de una de estas criaturas, que deseen ampliar tu tesoro y fama conquistándolo. Afortunadamente para los enanos, hay pocos dragones que se sientan con la voluntad y el poder necesarios para acometer semejante tarea, pero las grandes sierpes duermen durante muchos años y, al despertar, siempre pueden llegar noticias de una nueva ciudadela enana con atractivos tesoros. ¡Nunca se sabe!

Los Duergar

Los duergar son una raza de enanos algo peculiar. Hace siglos fueron capturados por los ithillitas, los desolladores mentales del Underdark, y fueron sus esclavos durante muchas generaciones. Fruto de los experimentos a los que fueron sometidos, con el tiempo, los duergar desarrollaron una serie de poderes pisónicos y fueron influenciados por las emanaciones del Underdark. Su piel se volvió gris y sus ojos se adaptaron aún más a la oscuridad bajo tierra.

Los duergar pudieron quebrar sus cadenas y escapar, pero desde entonces reniegan de Moradin y de sus primos, al creerse abandonados y traicionados por todos. Siguen siendo buenos creando y forjando, pero no sienten el mismo placer y tienen la misma dedicación que sus parientes lejanos. Para ellos, todo es cuestión de supervivencia y venganza, no amor por la creación en sí. No forjan hachas para que sean hermosas, para descubrir la forma oculta en el metal, sino que necesitan una herramienta afilada o dura para cortar y aplastar a sus enemigos.

Viven en el Underdark y se relacionan con los elfos drow y svirfnebllis, pero siempre en términos de desconfianza y temor. A los itthillitas no, esos no merecen más que un hachazo en su bulboso rostro. Pero, de vez en cuando, una ciudad enana excava demasiado profundo y se encuentra con una comunidad duergar, lo que invariablemente acaba en conflicto armado. Meter a un duergar y a un enano en la misma habitación significa que sólo saldrá uno (o ninguno) andando por su propio pie.

Los Enanos en tu Campaña

Los Enanos, Señores de la Forja y Reyes de la Montaña - Héroes Enanos

¿Cómo emplear a los enanos en tu campaña? Bueno, depende de muchísimos factores, empezando por si alguno de tus jugadores pertenece a esta raza.

Como hemos comentado antes, los enanos son reservados con el resto de razas, pero pueden llegar a establecer lazos afectivos. Algunos enanos salen de sus clanes para explorar el mundo exterior y aprender nuevas cosas, ampliar sus horizontes de conocimiento, con lo que no está en absoluto mal visto que un enano joven coja el hatillo y se marche a explorar el mundo. La vida de un enano es muy larga y se puede hacer de todo. Eso sí, el lazo con el clan es algo que no se rompe nunca y un enano aventurero se cuidará mucho de hacer nada que perjudique o ponga en entredicho el honor de su clan.

Un enano aventurero, además, siempre debería tener una profesión asociada, ya que llevan en la sangre hacer cosas con las manos. Bien sea herrero, mampostero, tonelero, cervecero... Los enanos se realizan en un taller con herramientas y les gusta trabajar tanto como separar de sus cuerpos a hachazos cabezas de orcos.

Los enanos siempre tienen problemas en sus minas, ya que todo tipo de criaturas pueden aparecer para infestar sus túneles. Monstruos que invaden sus túneles, patrullas orcas, algún asentamiento duergar o drow... Los aventureros siempre son bien recibidos para acabar con sus problemas. Y los enanos pagan bien. Regatean, pero son justos con sus precios y no engañan. Además, si te pagan en especie (armas), podrás tener la certeza de que te llevas un arma que te podrá acompañar hasta el final de tus días, que colgarás en la chimenea si tienes suerte y que podrán usar tus hijos y nietos, ya que seguirá perfecta aún que pasen diez veces diez vidas humanas. También hay comerciantes enanos que llevan sus productos a otras ciudades y que puede que necesiten una ayuda extra para proteger la caravana de bandidos y otros peligros que puedan acechar en los caminos.

Otras posibles apariciones de enanos en tus campañas pueden tomar la forma de compañías de mercenarios de élite, un grupo de enanos que haya perdido su hogar y no hayan querido ser acogidos por otro, prefiriendo una vida en comunidad, con los supervivientes, pero sin hogar fijo. También te puedes encontrar mercenarios enanos con el corazón oscuro, exiliados y expulsados, que simplemente sobreviven vendiéndose al mejor postor. Es triste, pero a veces pasa.

Y, finalmente, si quieres meterte de lleno en la enanidad y hacer que tu campaña gire en torno a ellos, puedes intentar que tus jugadores busquen reconquistar un antiguo reino enano que haya sido conquistado hace mucho por un dragón, o se haya convertido en una ciudad infestada de goblins u orcos. A lo mejor uno de los jugadores es el heredero de ese reino o un antiguo miembro de ese clan que recuerda cómo fueron expulsados, puede conocer una entrada secreta o posee una llave o un mapa que les lleve a ese lugar.

También puede ocurrir que una nación enana esté a punto de sufrir un ataque a gran escala. Rumores de un gigantesco ejército orco que se está formando en las montañas y que busca exterminar un reino enano puede ser una campaña épica que acabe en un enfrentamiento colosal, en una gran guerra, por la supervivencia de todo un pueblo.

Y bueno, también están las campañas de búsqueda, que pueden hacer que los personajes descubran lugares increíbles. Una antigua reliquia enana, una forja secreta, un arte perdido para forjar el metal, un mineral legendario caído del cielo hace milenios... Todo esto puede dar lugar a una campaña en la que los enanos ocupen un papel primordial. Y, por supuesto, no te olvides de que los enanos son habitantes de tu mundo y que, en potencia, cualquier misión y aventura que tengan los aventureros puede tener a enanos de protagonistas.

Tanto si quieres interpretarlos como meterlos en tu partida, recuerda: los enanos son un pueblo orgulloso, y con razón. Son una raza antigua y con un pasado lleno de grandes hazañas y logros, son un pueblo fuerte que ha luchado por cada metro de su hogar y que muchas veces ha pagado el precio en sangre y vidas...

...aunque a veces se pasen con la cerveza y provoquen alguna pelea.






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