Los dragones son algo tan importante en Dungeons & Dragons que aparecen en el mismo nombre del juego de rol. Y no es para menos. Estas criaturas están consideradas como el epítome de la fantasía, depositarias no sólo de un poderosísimo físico, sino de increíbles capacidades mágicas. Los dragones son el centro de muchos mitos e historias occidentales y orientales.
Mientras que por aquí son criaturas malvadas a las que exterminar, como en la leyenda de San Jorge o los ciclos de la mitología germana, como Fafnir, en oriente los dragones son símbolos de sabiduría y conocimiento. Todos estos elementos han sido recogidos en Dungeons & Dragons para crear a sus propios dragones, dándoles una forma muy reconocible hoy en día, dividiéndolos a grandes rasgos entre cromáticos y metálicos, bien y mal, y convirtiéndolos en personajes centrales de muchas de las historias que se pueden crear en sus mundos.
Pero, ¿cómo son los dragones de Dungeons & Dragons? ¿Cómo han evolucionado a lo largo de las diferentes ediciones de reglas? Y lo más importante, ¿cómo emplear a los dragones en una campaña? Estas son algunas de las preguntas que comenzaremos a contestar en esta entrada. No se pretende recopilar aquí todo el conocimiento dragonil del mundo, sino hacer una pequeña introducción a estas fascinantes criaturas y daros unas cuántas ideas para meterlas en vuestras mesas.
Los dragones en Dungeons & Dragons se consideran la primera raza como tal que habitó el mundo. Sus mitos dictan que el demiurgo de la creación y el multiverso es Asgorath, el Padre de los Dragones. Y, a su imagen y semejanza, los primeros dioses y los primeros seres que habitaron el mundo que había creado, también eran dragones. Sus dos hijos más célebres fueron Bahamut y Tiamat, que después veremos cómo tienen una importancia capital en el devenir de la raza de los dragones.
Sin embargo, atendiendo a las criaturas "mortales", los dragones poblaron la tierra como raza hegemónica. Pocas cosas se saben de estos confusos años en los que no existen cronología, pero algunas de los acontecimientos que se saben de aquellos días es que los dragones y los gigantes tuvieron una guerra que duró muchos siglos, una guerra que sólo fue interrumpida por culpa de un cisma en la misma raza de los dragones.
Efectivamente, fue en este tiempo que Bahamut y Tiamat iniciaron su conflicto eterno entre el bien y el mal y sembraron la división entre la familia de los dragones, dando lugar a los cromáticos y los metálicos. Bahamut, el Dragón de Platino, representaría el bien, mientras que Tiamat sería la representación del mal. Este conflicto se ve de forma muy clara en la saga de la Dragonlance, en la que ambos dioses reciben los nombres de Paladine y Takhisis y su lucha y la reaparición de los dragones en Krynn se convierte en el eje de gran parte de las historias de este mundo fantástico.
Pero tenemos más representaciones de estos dioses a lo largo de toda la vida de historia de Dungeons & Dragons. Por ejemplo, en la serie de dibujos animados de D&D Tiamat es un personaje recurrente, la única que se puede enfrentar de forma abierta al temible Venger. Tiamat también se ha convertido en un personaje muy importante en D&D 5e, ya que tiene una campaña propia, desarrollada en dos libros (Hoard of the Dragon Queen y Rise of Tiamat), además de tener una pequeña aparición en Baldur's Gate: Descent into Avernus (no hay que olvidar que Tiamat está encerrada en el Averno).
Pero nos estamos desviando. Basta con comprender que los dragones son una de las primeras razas que poblaron el mundo. Que tuvieron una época de esplendor que acabó hace muchos siglos, dando lugar a la hegemonía de las razas inferiores. En la actualidad, los dragones se encuentran prácticamente extintos, quedando muy pocos ejemplares en el mundo. Sin embargo, se encuentran entre las criaturas vivas más poderosas que existen. Da igual el tipo de dragón que tengamos delante: son criaturas orgullosas, conscientes de su grandeza, de su pasado racial y se saben fuertes y poderosos.
Aunque estos hechos tienen que ver concretamente con Reinos Olvidados, lo cierto es que la división entre las dos familias y el conflicto entre Bahamut y Tiamat están presentes en la misma definición de los dragones, por lo que se considera que es universal y trasciende los planos. Pero, ¿qué diferencias hay entre dragones cromáticos y metálicos?
Hay cinco tipos de dragones cromáticos, cada uno asociado a un color y a un elemento. Los dragones blancos viven en las tundras heladas y son los más físicos (y estúpidos) de todos los dragones, siendo el frío y el hielo su elemento natural y capaces de expeler un aliento gélido que puede congelar a sus víctimas en el acto. Los dragones verdes viven en las espesuras de los bosques y son extremadamente astutos, siempre actuando mediante subterfugios y corrompiendo y dividiendo a sus enemigos, aunque también son temibles en combate, usando su terrible aliento venenoso.
Los dragones negros viven en pantanos y ciénagas y son extremadamente crueles. Disfrutan infligiendo dolor y sufrimiento, rozando el sadismo. Llegada la necesidad, son unos enemigos peligrosos, usando su arma de aliento para escupir ácido sobre sus adversarios. Los dragones azules son los más independientes de todos los dragones cromáticos y disfrutan de la soledad de los desiertos. Son increíblemente orgullosos y siempre tienen que demostrar que son los más poderosos, siendo muy sensibles tanto a insultos como a halagos. Si deciden entrar en combate, lo hacen atacando de forma rápida y letal, como los relámpagos que son capaces de desatar sobre sus enemigos.
Y, finalmente, tenemos a los dragones rojos, los más poderosos y peligrosos de todos los dragones cromáticos. Señores absolutos del fuego, viven en volcanes o tierras sulfurosas y sólo están interesados en aumentar su tesoro. Son avariciosos en extremo y gustan de demostrar su poder esclavizando a razas inferiores por el gusto de controlar a los demás. Son conquistadores natos y gustan de acabar con poderosos enemigos y quedarse su tesoro, a fin de aumentar su propio estátus (y alimentar su ego).
En contraposición a los dragones cromáticos están los dragones metálicos. Sin embargo, no dejan de ser dragones y su naturaleza hace que muchas veces su manera de entender la lucha por el bien no coincida con el resto de las razas. Tienen una característica muy llamativa y es que, cuando alcanzan cierta edad, estos dragones pueden adoptar diferentes formas, poder que emplean para pasar inadvertidos y convivir entre las razas inferiores.
Son curiosos y les interesa aprender, más que controlar y ejercer su poder sobre los demás, Prefieren convencer con argumentos y esforzarse en la persuasión y la diplomacia en vez de en la fuerza bruta, aunque no dejan de ser poderosos adversarios si es necesario, a la altura de sus malignos némesis. Los diferentes tipos de dragones metálicos se asocian a un metal en concreto. Cuanto más noble es el metal, más categoría tiene el tipo de dragón. Además, otra característica de estos dragones es que su arma de aliento puede adoptar dos formas, una que inflige daño directo, como fuego, hielo o relámpagos, y otra más de utilidad, ralentizando, debilitando, paralizando o durmiendo a sus enemigos.
Los más débiles de todos los dragones metálicos son los dragones de oropel. Disfrutan enormemente de la compañía y de los pequeños placeres de la vida, por lo que es normal encontrarles entre las razas mortales. Son capaces de acumular cantidades ingentes de información, ya que les interesan todos los temas y están dispuestos a compartir lo que saben a cambio de riquezas o más historias. Los dragones de cobre son una rareza entre los dragones, ya que poseen un particular sentido del humor y gustan de hacer bromas y les gustan los acertijos y las canciones, con lo que buscan activamente relacionarse con las razas mortales, a las que encuentran fascinantes. No son tan buenos combatientes como el resto de dragones metálicos, pero cuando llega el momento de la acción son capaces de infligir una enorme destrucción.
Los dragones de bronce habitan en los mares y les interesan las poblaciones costeras y sus habitantes. Rescatan barcos hundidos y se interesan por los tesoros que transportaban. Se ven atraídos por las causa nobles y no tienen miedo a implicarse activamente en los enfrentamientos armados, buscando la gloria y cayendo entre sus enemigos con furia. Los dragones de plata son los más sociables de todos los dragones y los que más se implican con las razas mortales, llegando incluso a establecer lazos afectivos y románticos con ellos. No es muy común, pero se han dado casos de dragones de plata que eligen compañeros entre los humanos o elfos, tanto en la batalla como fuera de ella, convirtiéndose en su familia.
Finalmente, tenemos a los dragones de oro, los más poderosos de los dragones metálicos. Los ancianos de esta raza se encuentran entre las criaturas más poderosas que existen, equiparándose a los archidemonios, ángeles solares e incluso a la terrible Tarasca. Son sabios y justos, pero también muy distantes. No les gusta llamar la atención y permanecerán ocultos si pueden, luchando contra el mal de forma indirecta y en la sombra. Sin embargo, si se ven forzados a revelarse, lo mejor será que sus enemigos salgan huyendo. No es que vaya a asegurarles la supervivencia, pero durarán algo más que plantándose delante de estas criaturas y su terrible aliento de fuego.
Aparte de los dragones metálicos y cromáticos, existen más criaturas que podrían considerarse como parte de la familia de los dragones. Tenemos a los diminutos dragones feéricos, que se hacen familiares de algunos brujos y hechiceros; los gigantescos dragones tortuga, de impenetrables caparazones; los dragones marinos, dragones cromáticos, los dragones orientales y los dragones gema (que Wizards of the Coast acaba de resucitar para 5e con la inclusión del Dragón de Zafiro en D&D Beyond) y los guivernos, o wyverns, una suerte de dragones menores, más animales que otra cosa, con colas acabadas en un espolón venenoso. Pero estas razas están poco definidas en 5e y no entraremos en demasiado detalle con ellas.
Sí nos detendremos en dos tipos de dragones muy especiales, descritos en el Monsters Manual, y que pueden ejercer de grandes villanos y personajes en vuestras campañas. Por un lado tenemos a los dragones sombríos, dragones de uno de los tipos descritos anteriormente que han quedado atrapados en el Shadowfell, o el plano de las sombras. La corrupción de este lugar transforma sus escamas y los convierte en criaturas de destrucción y de conquista, que sólo desean volver al plano material para seguir propagando la corrupción de las sombras.
Finalmente, tenemos a los temibles dracolich, o dragones muertos vivientes. A pesar de la gran longevidad de los dragones, que miden su vida en milenios, existen algunos, especialmente en los cromáticos, que temen a la muerte y desean trascender de sus ataduras. La transformación en dracolich significa renunciar a muchas cosas y, sobre todo, de disponer de un grupo de seguidores que sean capaces de cumplir su voluntad a la perfección y sin traiciones, ya que transformarse en un dracolich implica, efectivamente, morir de forma temporal.
Al igual que los liches, los dracoliches depositan su alma en una filacteria, un objeto de enorme valor que, si no se destruye, garantiza la supervivencia de la bestia y su vuelta, tarde o temprano. El poder de un dracolich depende en gran medida del poder que tenía en vida y sólo los más poderosos entre todos los dragones sobreviven al proceso de transformación.
Si queréis saber más sobre los dragones, tenéis mucha más información en el Monster Manual. En anteriores ediciones de Dungeons & Dragons existe el llamado Draconomicón, un compendio alrededor de estas criaturas, describiendo su pasado, más razas de dragones, nuevos conjuros exclusivos, objetos y criaturas que derivan de ellos, como los dracónidos, que han acabado por convertirse en una raza básica de los manuales. Pero a falta de que salga el Draconomicón para 5e (cosa que no parece que vaya a ocurrir), tenemos que conformarnos con lo que tenemos en los manuales ya existentes.
Pese a todo lo que hemos hablado hasta ahora, hay que reconocer que en Dungeons & Dragons 5e los dragones no están tan pulidos como debieran. Las estadísticas de estas criaturas son demasiado parecidas entre ellas y apenas hay cambios más allá del tipo de arma de aliento y las acciones de guarida. Es trabajo del Dungeon Master convertir estas plantillas de criaturas en personajes interesantes y llenos de matices. Un consejo que suelo dar es que no es conveniente meter dragones a la ligera. Sí, sabemos que se pueden meter dragones jóvenes como enemigos, pero considero que la aparición de una de estas criaturas, ya sea aliada o enemiga, debería ser todo un acontecimiento en la mesa.
Pensad en todo lo que hemos comentado de ellos, de su pasado como raza, de cómo se comportan y cómo son. Son seres únicos y legendarios y deberían tener un pasado, una personalidad definida y enfrentarse a uno de ellos debería convertirse en un punto álgido de la historia, un combate letal y épico a todos los niveles.
Así pues, no tengáis miedo a añadir elementos a estas criaturas. Dotadles de aliados, convertirlos en personajes de poder e influencia, de una inteligencia letal. No tengáis miedo de usar la regla optativa de hechizos para ellos, añadidles si queréis alguna clase lanzadora de conjuros, personalizad sus poderes de guarida y, si sois experimentados, sus acciones legendarias a fin de convertirles en enemigos y aliados letales y decisorios. Si están en el nombre de este maravilloso de juego de rol, que sea con motivo.
Vayamos a uno de los ejemplos más recientes en el uso de dragones dentro del sistema Dungeons & Dragons. Remitámonos a Critical Role, a su primera temporada, en la que los aventureros llega un momento en el que se tienen que enfrentar al Chroma Conclave, un grupo de dragones cromáticos que arrasan con varias ciudades del mundo y esclavizan a los supervivientes de la masacre. Matt Mercer metió pistas sobre estos dragones en varios momentos previos de la campaña para, finalmente, dirigir un capítulo fascinante en la que por fin hacían acto de presencia, dejando al grupo sin aliento.
Esta es una buena forma de presentar a los dragones en tu campaña, pero no es ni mucho menos la única. Si nos vamos a la literatura fantástica clásica, tenemos ejemplos de todo tipo. Están los dragones más mundanos de la Dragonlance, que combaten junto a los caballeros (de Solamnia o de Takhisis) en brutales enfrentamientos aéreos. Fijémonos en Tolkien y en sus dragones, en las grandes historias de Glaurung o Smaug, especialmente este último, conquistador, el terror de una zona completa de la Tierra Media. En el cine tenemos también el ejemplo de Dragonheart, en el que un dragón y un caballero establecen una amistad única y basada en los ideales de la justicia y el honor.
Enemigos o aliados, da igual, convierte a los dragones que vayas a meter en personajes importantes. Un aliado fundamental que posea un conocimiento único, un tirano que ejerza de enemigo de final de campaña, mentes maestras en la sombra, controlando a todos los de alrededor para, en el último momento, mostrar su verdadero rostro... Las opciones son infinitas.
Los dragones tienen un enorme potencial como enemigos. No deberían ser un simple monstruo esperando en su guarida a que venga un grupo de aventureros a probar suerte. Son maquiavélicos, tienen sus propios intereses y ambiciones. Quieren controlar, poseer, conquistar y destruir. Puedes buscar a dragones rivales y hacer que luchen entre ellos por la gloria, para cumplir una venganza de una vieja afrenta. Puedes establecer que haya un poderoso artefacto exclusivamente creado para acabar con un dragón en concreto, que haya un reino entero sometido al yugo de una de estas criaturas... las opciones, como sigo, son infinitas.
En 5e ya hemos visto varios ejemplos de la presencia de dragones, como en Waterdeep: El Golpe de los Dragones con Aurinax; o en la próxima Baldur's Gate: Descent Into Avernus, en la que Tiamat puede tener un papel en la aventura, dependiendo de las elecciones de los jugadores y ya hemos comentado las campañas en las que luchamos contra el culto de la diosa para evitar su liberación. En La Maldición Strahd también podemos descubrir el pasado de la fortaleza de Argynvostholt y su relación con un antiguo dragón de plata.
Resumiendo: los dragones son una de las criaturas más fascinantes que puedes emplear no sólo en Dungeons & Dragons, sino en cualquier juego de rol. Pensad en su potencial como enemigos finales de campaña, en sus fascinantes poderes, su enorme inteligencia, conocimiento e influencia. No son bestias sin inteligencia, sino que pueden ejercer como tiranos y poderosos aliados para los jugadores. Pueden elevar una campaña al Olimpo bien situados y un enfrentamiento con uno de ellos debería ser una situación épica en la que los jugadores únicamente deberían meterse muy bien preparados y con la mentalidad de que cualquier cosa puede ocurrir.
Disfrutad de estas maravillosas criaturas y de todas las opciones que ofrecen, tanto del punto de vista táctico como narrativo. ¡No os defraudarán!
Mientras que por aquí son criaturas malvadas a las que exterminar, como en la leyenda de San Jorge o los ciclos de la mitología germana, como Fafnir, en oriente los dragones son símbolos de sabiduría y conocimiento. Todos estos elementos han sido recogidos en Dungeons & Dragons para crear a sus propios dragones, dándoles una forma muy reconocible hoy en día, dividiéndolos a grandes rasgos entre cromáticos y metálicos, bien y mal, y convirtiéndolos en personajes centrales de muchas de las historias que se pueden crear en sus mundos.
Pero, ¿cómo son los dragones de Dungeons & Dragons? ¿Cómo han evolucionado a lo largo de las diferentes ediciones de reglas? Y lo más importante, ¿cómo emplear a los dragones en una campaña? Estas son algunas de las preguntas que comenzaremos a contestar en esta entrada. No se pretende recopilar aquí todo el conocimiento dragonil del mundo, sino hacer una pequeña introducción a estas fascinantes criaturas y daros unas cuántas ideas para meterlas en vuestras mesas.
Los dragones como Primera Raza
Antes de hablar de los dragones y sus familias de forma concreta, es de recibo indagar un poco en su pasado, algo que después se revelará como fundamental para saber cómo piensan y cómo actúan estas formidables criaturas. Recordad que estamos hablando de los dragones dentro del contexto de Dungeons & Dragons y su propia cosmología, así que si jugáis en vuestros propios mundos, las cosas no tienen que ser como se cuenta a continuación. Pero vayamos al lío.Los dragones en Dungeons & Dragons se consideran la primera raza como tal que habitó el mundo. Sus mitos dictan que el demiurgo de la creación y el multiverso es Asgorath, el Padre de los Dragones. Y, a su imagen y semejanza, los primeros dioses y los primeros seres que habitaron el mundo que había creado, también eran dragones. Sus dos hijos más célebres fueron Bahamut y Tiamat, que después veremos cómo tienen una importancia capital en el devenir de la raza de los dragones.
Sin embargo, atendiendo a las criaturas "mortales", los dragones poblaron la tierra como raza hegemónica. Pocas cosas se saben de estos confusos años en los que no existen cronología, pero algunas de los acontecimientos que se saben de aquellos días es que los dragones y los gigantes tuvieron una guerra que duró muchos siglos, una guerra que sólo fue interrumpida por culpa de un cisma en la misma raza de los dragones.
Efectivamente, fue en este tiempo que Bahamut y Tiamat iniciaron su conflicto eterno entre el bien y el mal y sembraron la división entre la familia de los dragones, dando lugar a los cromáticos y los metálicos. Bahamut, el Dragón de Platino, representaría el bien, mientras que Tiamat sería la representación del mal. Este conflicto se ve de forma muy clara en la saga de la Dragonlance, en la que ambos dioses reciben los nombres de Paladine y Takhisis y su lucha y la reaparición de los dragones en Krynn se convierte en el eje de gran parte de las historias de este mundo fantástico.
Pero tenemos más representaciones de estos dioses a lo largo de toda la vida de historia de Dungeons & Dragons. Por ejemplo, en la serie de dibujos animados de D&D Tiamat es un personaje recurrente, la única que se puede enfrentar de forma abierta al temible Venger. Tiamat también se ha convertido en un personaje muy importante en D&D 5e, ya que tiene una campaña propia, desarrollada en dos libros (Hoard of the Dragon Queen y Rise of Tiamat), además de tener una pequeña aparición en Baldur's Gate: Descent into Avernus (no hay que olvidar que Tiamat está encerrada en el Averno).
Pero nos estamos desviando. Basta con comprender que los dragones son una de las primeras razas que poblaron el mundo. Que tuvieron una época de esplendor que acabó hace muchos siglos, dando lugar a la hegemonía de las razas inferiores. En la actualidad, los dragones se encuentran prácticamente extintos, quedando muy pocos ejemplares en el mundo. Sin embargo, se encuentran entre las criaturas vivas más poderosas que existen. Da igual el tipo de dragón que tengamos delante: son criaturas orgullosas, conscientes de su grandeza, de su pasado racial y se saben fuertes y poderosos.
Dragones Cromáticos y Metálicos
Una vez establecidos los rasgos generales, Dungeons & Dragons divide a los dragones en dos grandes familias: los cromáticos y los metálicos. Estas dos grandes familias viven en constante conflicto y son dos caras de la misma moneda de la "draconidad", representando a las fuerzas del mal y del bien respectivamente.Aunque estos hechos tienen que ver concretamente con Reinos Olvidados, lo cierto es que la división entre las dos familias y el conflicto entre Bahamut y Tiamat están presentes en la misma definición de los dragones, por lo que se considera que es universal y trasciende los planos. Pero, ¿qué diferencias hay entre dragones cromáticos y metálicos?
Dragones Cromáticos
Los dragones cromáticos son crueles y no sólo se saben superiores, sino que ejercen su poder libremente, esclavizando y atemorizando al resto de razas. Cada uno a su manera, son brutales y codiciosos y buscan aumentar sus tesoros, símbolo de estatus entre su raza. Cuanto más tiempo pasa, más poderosos se hacen los dragones, por lo que al principio son muy celosos y evitan meterse en problemas, aunque tarde o temprano deben mostrarse si quieren conseguir poder y riquezas, aquello que más ansían.Hay cinco tipos de dragones cromáticos, cada uno asociado a un color y a un elemento. Los dragones blancos viven en las tundras heladas y son los más físicos (y estúpidos) de todos los dragones, siendo el frío y el hielo su elemento natural y capaces de expeler un aliento gélido que puede congelar a sus víctimas en el acto. Los dragones verdes viven en las espesuras de los bosques y son extremadamente astutos, siempre actuando mediante subterfugios y corrompiendo y dividiendo a sus enemigos, aunque también son temibles en combate, usando su terrible aliento venenoso.
Los dragones negros viven en pantanos y ciénagas y son extremadamente crueles. Disfrutan infligiendo dolor y sufrimiento, rozando el sadismo. Llegada la necesidad, son unos enemigos peligrosos, usando su arma de aliento para escupir ácido sobre sus adversarios. Los dragones azules son los más independientes de todos los dragones cromáticos y disfrutan de la soledad de los desiertos. Son increíblemente orgullosos y siempre tienen que demostrar que son los más poderosos, siendo muy sensibles tanto a insultos como a halagos. Si deciden entrar en combate, lo hacen atacando de forma rápida y letal, como los relámpagos que son capaces de desatar sobre sus enemigos.
Y, finalmente, tenemos a los dragones rojos, los más poderosos y peligrosos de todos los dragones cromáticos. Señores absolutos del fuego, viven en volcanes o tierras sulfurosas y sólo están interesados en aumentar su tesoro. Son avariciosos en extremo y gustan de demostrar su poder esclavizando a razas inferiores por el gusto de controlar a los demás. Son conquistadores natos y gustan de acabar con poderosos enemigos y quedarse su tesoro, a fin de aumentar su propio estátus (y alimentar su ego).
Dragones Metálicos
En contraposición a los dragones cromáticos están los dragones metálicos. Sin embargo, no dejan de ser dragones y su naturaleza hace que muchas veces su manera de entender la lucha por el bien no coincida con el resto de las razas. Tienen una característica muy llamativa y es que, cuando alcanzan cierta edad, estos dragones pueden adoptar diferentes formas, poder que emplean para pasar inadvertidos y convivir entre las razas inferiores.
Son curiosos y les interesa aprender, más que controlar y ejercer su poder sobre los demás, Prefieren convencer con argumentos y esforzarse en la persuasión y la diplomacia en vez de en la fuerza bruta, aunque no dejan de ser poderosos adversarios si es necesario, a la altura de sus malignos némesis. Los diferentes tipos de dragones metálicos se asocian a un metal en concreto. Cuanto más noble es el metal, más categoría tiene el tipo de dragón. Además, otra característica de estos dragones es que su arma de aliento puede adoptar dos formas, una que inflige daño directo, como fuego, hielo o relámpagos, y otra más de utilidad, ralentizando, debilitando, paralizando o durmiendo a sus enemigos.
Los más débiles de todos los dragones metálicos son los dragones de oropel. Disfrutan enormemente de la compañía y de los pequeños placeres de la vida, por lo que es normal encontrarles entre las razas mortales. Son capaces de acumular cantidades ingentes de información, ya que les interesan todos los temas y están dispuestos a compartir lo que saben a cambio de riquezas o más historias. Los dragones de cobre son una rareza entre los dragones, ya que poseen un particular sentido del humor y gustan de hacer bromas y les gustan los acertijos y las canciones, con lo que buscan activamente relacionarse con las razas mortales, a las que encuentran fascinantes. No son tan buenos combatientes como el resto de dragones metálicos, pero cuando llega el momento de la acción son capaces de infligir una enorme destrucción.
Los dragones de bronce habitan en los mares y les interesan las poblaciones costeras y sus habitantes. Rescatan barcos hundidos y se interesan por los tesoros que transportaban. Se ven atraídos por las causa nobles y no tienen miedo a implicarse activamente en los enfrentamientos armados, buscando la gloria y cayendo entre sus enemigos con furia. Los dragones de plata son los más sociables de todos los dragones y los que más se implican con las razas mortales, llegando incluso a establecer lazos afectivos y románticos con ellos. No es muy común, pero se han dado casos de dragones de plata que eligen compañeros entre los humanos o elfos, tanto en la batalla como fuera de ella, convirtiéndose en su familia.
Finalmente, tenemos a los dragones de oro, los más poderosos de los dragones metálicos. Los ancianos de esta raza se encuentran entre las criaturas más poderosas que existen, equiparándose a los archidemonios, ángeles solares e incluso a la terrible Tarasca. Son sabios y justos, pero también muy distantes. No les gusta llamar la atención y permanecerán ocultos si pueden, luchando contra el mal de forma indirecta y en la sombra. Sin embargo, si se ven forzados a revelarse, lo mejor será que sus enemigos salgan huyendo. No es que vaya a asegurarles la supervivencia, pero durarán algo más que plantándose delante de estas criaturas y su terrible aliento de fuego.
Otros Dragones en Dungeons & Dragons
Aparte de los dragones metálicos y cromáticos, existen más criaturas que podrían considerarse como parte de la familia de los dragones. Tenemos a los diminutos dragones feéricos, que se hacen familiares de algunos brujos y hechiceros; los gigantescos dragones tortuga, de impenetrables caparazones; los dragones marinos, dragones cromáticos, los dragones orientales y los dragones gema (que Wizards of the Coast acaba de resucitar para 5e con la inclusión del Dragón de Zafiro en D&D Beyond) y los guivernos, o wyverns, una suerte de dragones menores, más animales que otra cosa, con colas acabadas en un espolón venenoso. Pero estas razas están poco definidas en 5e y no entraremos en demasiado detalle con ellas.
Sí nos detendremos en dos tipos de dragones muy especiales, descritos en el Monsters Manual, y que pueden ejercer de grandes villanos y personajes en vuestras campañas. Por un lado tenemos a los dragones sombríos, dragones de uno de los tipos descritos anteriormente que han quedado atrapados en el Shadowfell, o el plano de las sombras. La corrupción de este lugar transforma sus escamas y los convierte en criaturas de destrucción y de conquista, que sólo desean volver al plano material para seguir propagando la corrupción de las sombras.
Finalmente, tenemos a los temibles dracolich, o dragones muertos vivientes. A pesar de la gran longevidad de los dragones, que miden su vida en milenios, existen algunos, especialmente en los cromáticos, que temen a la muerte y desean trascender de sus ataduras. La transformación en dracolich significa renunciar a muchas cosas y, sobre todo, de disponer de un grupo de seguidores que sean capaces de cumplir su voluntad a la perfección y sin traiciones, ya que transformarse en un dracolich implica, efectivamente, morir de forma temporal.
Al igual que los liches, los dracoliches depositan su alma en una filacteria, un objeto de enorme valor que, si no se destruye, garantiza la supervivencia de la bestia y su vuelta, tarde o temprano. El poder de un dracolich depende en gran medida del poder que tenía en vida y sólo los más poderosos entre todos los dragones sobreviven al proceso de transformación.
Los Dragones en D&D 5E
Si queréis saber más sobre los dragones, tenéis mucha más información en el Monster Manual. En anteriores ediciones de Dungeons & Dragons existe el llamado Draconomicón, un compendio alrededor de estas criaturas, describiendo su pasado, más razas de dragones, nuevos conjuros exclusivos, objetos y criaturas que derivan de ellos, como los dracónidos, que han acabado por convertirse en una raza básica de los manuales. Pero a falta de que salga el Draconomicón para 5e (cosa que no parece que vaya a ocurrir), tenemos que conformarnos con lo que tenemos en los manuales ya existentes.
Pese a todo lo que hemos hablado hasta ahora, hay que reconocer que en Dungeons & Dragons 5e los dragones no están tan pulidos como debieran. Las estadísticas de estas criaturas son demasiado parecidas entre ellas y apenas hay cambios más allá del tipo de arma de aliento y las acciones de guarida. Es trabajo del Dungeon Master convertir estas plantillas de criaturas en personajes interesantes y llenos de matices. Un consejo que suelo dar es que no es conveniente meter dragones a la ligera. Sí, sabemos que se pueden meter dragones jóvenes como enemigos, pero considero que la aparición de una de estas criaturas, ya sea aliada o enemiga, debería ser todo un acontecimiento en la mesa.
Pensad en todo lo que hemos comentado de ellos, de su pasado como raza, de cómo se comportan y cómo son. Son seres únicos y legendarios y deberían tener un pasado, una personalidad definida y enfrentarse a uno de ellos debería convertirse en un punto álgido de la historia, un combate letal y épico a todos los niveles.
Así pues, no tengáis miedo a añadir elementos a estas criaturas. Dotadles de aliados, convertirlos en personajes de poder e influencia, de una inteligencia letal. No tengáis miedo de usar la regla optativa de hechizos para ellos, añadidles si queréis alguna clase lanzadora de conjuros, personalizad sus poderes de guarida y, si sois experimentados, sus acciones legendarias a fin de convertirles en enemigos y aliados letales y decisorios. Si están en el nombre de este maravilloso de juego de rol, que sea con motivo.
¿Cómo usar dragones en tu campaña?
Vayamos a uno de los ejemplos más recientes en el uso de dragones dentro del sistema Dungeons & Dragons. Remitámonos a Critical Role, a su primera temporada, en la que los aventureros llega un momento en el que se tienen que enfrentar al Chroma Conclave, un grupo de dragones cromáticos que arrasan con varias ciudades del mundo y esclavizan a los supervivientes de la masacre. Matt Mercer metió pistas sobre estos dragones en varios momentos previos de la campaña para, finalmente, dirigir un capítulo fascinante en la que por fin hacían acto de presencia, dejando al grupo sin aliento.
Esta es una buena forma de presentar a los dragones en tu campaña, pero no es ni mucho menos la única. Si nos vamos a la literatura fantástica clásica, tenemos ejemplos de todo tipo. Están los dragones más mundanos de la Dragonlance, que combaten junto a los caballeros (de Solamnia o de Takhisis) en brutales enfrentamientos aéreos. Fijémonos en Tolkien y en sus dragones, en las grandes historias de Glaurung o Smaug, especialmente este último, conquistador, el terror de una zona completa de la Tierra Media. En el cine tenemos también el ejemplo de Dragonheart, en el que un dragón y un caballero establecen una amistad única y basada en los ideales de la justicia y el honor.
Enemigos o aliados, da igual, convierte a los dragones que vayas a meter en personajes importantes. Un aliado fundamental que posea un conocimiento único, un tirano que ejerza de enemigo de final de campaña, mentes maestras en la sombra, controlando a todos los de alrededor para, en el último momento, mostrar su verdadero rostro... Las opciones son infinitas.
Los dragones tienen un enorme potencial como enemigos. No deberían ser un simple monstruo esperando en su guarida a que venga un grupo de aventureros a probar suerte. Son maquiavélicos, tienen sus propios intereses y ambiciones. Quieren controlar, poseer, conquistar y destruir. Puedes buscar a dragones rivales y hacer que luchen entre ellos por la gloria, para cumplir una venganza de una vieja afrenta. Puedes establecer que haya un poderoso artefacto exclusivamente creado para acabar con un dragón en concreto, que haya un reino entero sometido al yugo de una de estas criaturas... las opciones, como sigo, son infinitas.
En 5e ya hemos visto varios ejemplos de la presencia de dragones, como en Waterdeep: El Golpe de los Dragones con Aurinax; o en la próxima Baldur's Gate: Descent Into Avernus, en la que Tiamat puede tener un papel en la aventura, dependiendo de las elecciones de los jugadores y ya hemos comentado las campañas en las que luchamos contra el culto de la diosa para evitar su liberación. En La Maldición Strahd también podemos descubrir el pasado de la fortaleza de Argynvostholt y su relación con un antiguo dragón de plata.
Resumiendo: los dragones son una de las criaturas más fascinantes que puedes emplear no sólo en Dungeons & Dragons, sino en cualquier juego de rol. Pensad en su potencial como enemigos finales de campaña, en sus fascinantes poderes, su enorme inteligencia, conocimiento e influencia. No son bestias sin inteligencia, sino que pueden ejercer como tiranos y poderosos aliados para los jugadores. Pueden elevar una campaña al Olimpo bien situados y un enfrentamiento con uno de ellos debería ser una situación épica en la que los jugadores únicamente deberían meterse muy bien preparados y con la mentalidad de que cualquier cosa puede ocurrir.
Disfrutad de estas maravillosas criaturas y de todas las opciones que ofrecen, tanto del punto de vista táctico como narrativo. ¡No os defraudarán!
Hola
ResponderEliminarA mis Tapones de 6 y 9 años les ha encantado conocer gracias a tu post cómo son los dragones y el significado de sus dragones.
Pedazo de blog que tienes montado!
Y salu2 desde Hamelín!
¡Muchas gracias! Así me gusta, educando a las nuevas generaciones :)
Eliminaralguien sabe más o menos la edad que puede alcanzar?
ResponderEliminarPues en 5e no se han dado cifras concretas, pero el Draconomicón de 3.X establecía que los dragones eran ancianos (gran wyrm que se les llamaba) más o menos a los 1.200 años. La muerte, eso sí, varía. Los blancos pueden morir de viejos a los 2.000 años (Si es que llegan, que no es muy común), pero los dorados pueden llegar a vivir 4.000.
EliminarHola, estoy en mis últimos meses de graduarme y mi ultimo proyecto quisiera saber si puedo utilizar una de sus imagines como referencia.
ResponderEliminar¡Buenas! Las imágenes del blog son artes oficiales de D&D y no tengo los derechos para disponer de ellos, así que me temo que no te puedo ayudar. No obstante, investiga si puedes usarlas de forma libre al tratarse con fines académicos, que en algunos países no hay problema.
EliminarEncontre tu archivo me prodiras e nseñar a usar php?
ResponderEliminarPues la verdad es que no tengo ni idea de usar PHP...
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