Recordando la Dragonlance

La Dragonlance ha vuelto a primera línea de actualidad después de no sé cuántos años a cuento de una feísima polémica que envuelve a Hasbro, dueña de los derechos de la saga, y a Margaret Weiss y Tracy Hickman, los escritores que dieron vida por primera vez a una de las sagas de fantasía más conocidas, a la par que veteranas. Pero no hablaré de esta polémica, eso lo dejaré si acaso para un poco más adelante, cuando se sepa algo más al respecto y el tema avance, sino que me gustaría dirigirme a todos aquellos que a raíz de este suceso han oído hablar de la Dragonlance por primera vez en sus vidas y no saben a qué viene tanto revuelo.

¿Qué es la Dragonlance? ¿Por qué es tan importante para la fantasía? ¿Qué significó para los primeros jugadores de Dungeons & Dragons? Os invito a la Posada del Último Hogar, situada en el tranquilo poblado de Solace. Sentaos alrededor de una mesa y pedid una cerveza y una ración de patatas picantes de Otik, el posadero. Y quiero dirijáis vuestra mirada a una mesa situada cerca del fuego. En una mesa grande, llena de asientos vacíos, preparada para la llegada de un grupo de aventureros que, aún no lo saben, llevarán sobre sus hombros el peso del destino de un mundo castigado por los dioses.

Recordando la Dragonlance - Dragonlance

Los Orígenes de la Dragonlance

La Dragonlance es, en esencia, una saga de libros de fantasía que nació bajo el paraguas de Dungeons & Dragons. Un producto transmedia que trascendió de las barreras del rol y se convirtió en un éxito editorial absoluto y que produjo decenas de novelas, escenarios de campaña, videojuegos e incluso una película de dibujos animados, con Kiefer Suderland. Eran los inicios de Dungeons & Dragons y la compañía TSR disfrutaba del gran éxito del juego de rol y no paraba de sacar módulos. Uno de sus trabajadores era Tracy Hickman, que junto a su esposa Laura había escrito el módulo de Ravenloft (cuya más reciente adaptación se conoce como La Maldición de Strahd). Dos jóvenes escritores que habían desarrollado el germen de una idea, un mundo entero. 

TSR decidió llevar a cabo el proyecto, publicando varios módulos ambientados en ese mundo, cogieron a Tracy y a Laura y crearon un equipo de trabajo en el que destacaban, agarraos, Larry Elmore (el grandioso ilustrador de los comienzos de Dungeons & Dragons y autor de todos los dibujos de esta entrada), Jeff Grubb, Douglas Niles y Roger Moore (editor de la revista Dragon).

Pero TSR también decidió algo revolucionario: acompañar a los módulos con novelas que dieran trasfondo y contexto a las partidas de rol. Para ello, cogieron como editora a Margaret Weis y la magia comenzó. Ella y Tracy Hickman se pusieron manos a la obra y comenzaron a desarrollar la primera novela de la Dragonlance: El Retorno de los Dragones. Y bueno vendieron novelas como churros, vendieron módulos como churros, vendieron calendarios y figuritas como churros. Vendieron videojuegos como… bueno, ya me entendéis. 

Pero, ¿por qué se hizo tan famosa? ¿Qué tenía de especial esta saga?

De Raistlin a Sturm: los personajes de la Dragonlance

Es cierto que la Dragonlance tiene un mundo interesante, pone el foco en los dragones, hay épica y aventuras… Pero, sobre todo, tiene grandes personajes, que son los que han sobrevivido al recuerdo.

Recordando la Dragonlance - Caramon y Raistlin

Os voy a ser muy sinceros. Yo leí la Dragonlance cuando tenía unos 12 años y se seguían publicando novedades en español, y le tenía un grandísimo recuerdo, pero fue releerla hace unos años y que se me cayera un mito. Para mi gusto, es una saga que ha envejecido realmente mal, especialmente la primera trilogía, las Crónicas de la Dragonlance. Y no es problema de la traducción, sino del estilo, el ritmo… En trabajos posteriores, Margaret Weis y Tracy Hickman hicieron un trabajo mucho mejor e interesante, como en La Rosa del Profeta, La Espada de Joram y el Ciclo de la Puerta de la Muerte (para mí, su mejor saga). Pero es que la Dragonlance tiene un aura muy amateur, propia de unos comienzos. Y no hay que olvidar que cuando salió, la literatura fantástica sólo tenía de referentes a los clásicos de la literatura Pulp (Robert Howard, Lovecraft…), a Tolkien, a los escritores new age como Michael Moorcock, principal detractor del creador de la Tierra Media, y poco más. Pero también hay que entender que sin la Dragonlance hoy no tendríamos a Brandon Sanderson, Joe Abercrombie, Steven Erikson o Robert Jordan.

La Dragonlance destaca por sus personajes. Estos no han envejecido un solo día y siguen teniendo un carisma arrollador. Se mantienen frescos en el recuerdo, son ambiguos, ricos en matices y, sobre todo, parece que están vivos… posiblemente porque así fue.

Los protagonistas de la Dragonlance no nacieron de la pluma de Weis y Hickman, sino de las partidas de rol que jugaban, tanto como porque era su trabajo como por pura diversión. Así, Terry Philips creó a Raistlin, el mago taimado marcado por la debilidad de su físico y su poderosísima magia. Y menciono en primer lugar a Raistlin para recordar una célebre anécdota de Hickman: “estábamos preparando la partida, me dirigí a mi buen amigo Terry Philips y le pregunté que qué hacía su personaje. Terry habló y el mundo de Krynn cambió para siempre. Su voz áspera, su sarcasmo y amargura envueltas en una máscara de arrogancia y poder que no necesitaba ponerse de manifiesto para saber que estaba ahí. Era real. Todos en la habitación estaban paralizados y aterrorizados. Desde ese día, Margaret jura que Terry llevaba la túnica negra aquella noche en esa partida”.  

Pero no acaba aquí el casting de personas reales. Gary y Janet Pack eran Tanis, el semielfo, y Tasslehoff Burrfoot, el kender; Douglas Niles, Flint Fireforge, el enano; Harold Johnson, Sturm, el Caballero de Solamnia; Weis, Fizban, el enigmático mago… Así pues, muchos de los principales personajes de los libros de la Dragonlance eran, en realidad, personajes de rol interpretados por sus amigos, con lo que su profundidad y riqueza de matices era enorme. 

Y así comenzó una de las grandes sagas de fantasía. Un mundo que ha sufrido un terrible cataclismo y el abandono de los dioses y que, de repente, ve cómo han vuelto los dragones, después de muchos siglos desaparecidos. Un grupo de aventureros se ve envuelto en una historia épica en la que se encuentran con que son los heraldos de la vuelta de los dioses al mundo, deberán buscar a los dragones metálicos, enemigos ancestrales de los dragones cromáticos; reforjar las legendarias Dragonlance, las armas que se usaron en la antigüedad para luchar contra los dragones, y, a la vez, lidiar con sus historias personales.

Recordando la Dragonlance - Laurana

Una cosa muy importante de la Dragonlance es que no tiene miedo a “maltratar” a sus personajes. No estamos hablando de una obra arquetípica, como la de Tolkien, sino que aquí los personajes son imperfectos, tienen conflictos, cometen errores, son egoístas y ambiciosos… y pueden caer. A veces se levantan, aprenden y lo hacen mejor la próxima vez, pero otras veces… otras veces quedan en el suelo y se convierten en un recuerdo e inspiración para sus compañeros.

Podría hablaros de la relación tormentosa entre Tanis, un semielfo, un paria de sangre real repudiado por todos, y la mercenaria Kitiara Uth Matar, la personificación de la ambición y la dureza; de Caramon y Raistlin, hermanos gemelos, noche y día, guerrero y mago, el uno de buen corazón, el otro taimado y obsesionado con el poder; de Sturm Brightblade, orgulloso Caballero de Solamnia, firme seguidor del Código y la Medida, de honor intachable y de corazón puro y recto; de Flint Fireforge, mentor de todos, sabio y reflexivo enano que oculta su afecto por los demás bajo una barba llena de gruñidos y quejas; Goldmoon, la sacerdotisa de las llanuras, portadora de la vara azul, símbolo de la vuelta de los dioses al mundo de Krynn; de Tasslehoff Burfoot, un… bueno, un kender, seres pequeños, de buenas intenciones pero expertos en meterse en líos, cleptómanos sin intención ni malicia y siempre con una anécdota a mano de su tío Saltatrampas… Pero también están Riverwind, Tika, Crysania, Fistandantilus, Laurana, Alhana, Soth (oh sí, Lord Soth)… 

Recordando a la Dragonlance - Tanis y Laurana

Porque sí, en Crónicas de la Dragonlance tenemos la lucha entre el bien y el mal, hay dragones y dioses en ambos bandos luchando por la supremacía, hay grandes batallas, momentos trágicos, héroes embarcados en una historia épica… Pero también tenemos relaciones personales muy fuertes: traiciones, romances, gestos de amistad, pero también de odio. Hay rencor, amor no correspondido, fantasmas del pasado que vuelven para atormentar y otros fantasmas nuevos que se alzan como muros entre los personajes y los cambian para siempre. 

Y es eso. La historia puede olvidarse, puede estar mejor o peor escrita. Puedes quedarte en los libros básicos (que son unos cuantos), dejar de leer en Quinta Era (se les fue muchísimo, pero muchísimo, la pinza), quedarte con Crónicas, Leyendas y El Ocaso de los Dragones, profundizar con Compañeros, Leyendas, Cuentos, Preludios, Héroes y las decenas de novelas adicionales que fueron saliendo (hacedme caso, La Leyenda de Huma es una maravilla)… Pero lo que no vas a hacer es olvidarte de sus personajes. Eso es imposible.

 

Comentarios

  1. Yo tengo una extensa colección de libros de la Dragonlance, y desde hace un año he vuelto a su lectura con ilusión.

    Mi pareja y yo, leemos todas las noches en voz alta un capítulo o dos. Es increíble como esas historias, esos personajes me cautivaron, y volver a reencontrarme con ellos ha sido y es un placer.

    Es cierto que la traducción, o la forma en que se expresa es algo rara para los cánones actuales. Pero se le perdona porque sabes (yo por los menos) que más adelante la cosa mejora, y vaya si mejora.

    Invito a todo el mundo a leerlo, y ojalá saquen una ambientación para D&D 5° edición y la gente se maraville con el mundo de Krynn

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  2. Los leímos a la vez que jugábamos al D&D básico o sea que flipamos.

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